miércoles, 31 de marzo de 2010

NOCHE MÁGICA QUE LLEVA A LA PROFUNDIDAD DEL MISTERIO

FOTO MANOLO GUALLART
Por Baltasar Bueno."Te pedimos, Señor, lo imposible. Tú que eres el Dios de la Vida y de la Libertad, quiebra el brazo del terrorista, quiebra su libertad. No permitas que sigan matando."ecuerdo aquella oración en el frío, la soledad y el silencio de la noche, que hice y leí, invitado por la Real Hermandad de Jesús con la Cruz y Cristo Resucitado, todos con antorchas, acompañando la imagen de Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas, una noche de Miércoles Santo, en un año en que el terrorismo de ETA no cesaba de matar. Dios no puede, no es omnipotente, quebrar la libertad de nadie, tampoco la del terrorista, como no pudo quebrar el propio destino que él tenía, la Cruz hasta la muerte. No pudo apartar de él el cáliz de la agonía. Evitar el mal y la muerte, la tragedia y el caos, depende de la libertad humana, no de Dios, quien ha hecho libre al hombre para hacer el bien o el mal. Son los humanos, los que las producen, los que tienen por misión y obligación de luchar contra la muerte y el mal. Era difícil explicar y entender esta Teología en la plaza y en la calles del Cabanyal, pero ella misma se resolvía mirando la imagen del Nazareno, silencioso, callado, cargando con su Cruz, porque ésa había sido su vida, su misión, su destino. En la noche de Miércoles Santo las calles de los barrios marineros de Valencia se convierten en cátedras de Teología Popular donde con pocas palabras, mucho silencio y soledad se aprende lo que siguen sin saber explicar las cátedras académicas y los púlpitos: el sentido del dolor y de la muerte, de la finitud, del deterioro y término de la vida biológica, a la luz de la Biblia, la Palabra de Dios. Esta noche son simples, sencillas, sobrecogedoras, sinceras y profundas las procesiones reflexiones sobre los misterios de la Pasión y Muerte de Dios y los hombres en los poblados marítimos.Casi al filo de la medianoche, para regresar en el amanecer del Jueves Santo, saldrán a la calle los tronos-anda de la Hermandad de la Crucifixión del Señor (parroquia Nuestra Señora del Rosario) , la Real Hermandad de Jesús con la Cruz y Cristo Resucitado (parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles), la Cofradía de Jesús de Medinaceli (parroquia de Santa María del Mar), y la Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador y del Amparo (parroquia de San Rafael). Irán todos con antorchas, en silencio, reflexionando, meditando, rezando, austeros, pidiendo por aquellos que sufren algún tipo de desamparo o necesidad, de solidaridad. Nuestras gentes marineras convertirán el Cabanyal, el Canyamelar y el Grao en un gran templo popular, abierto, hecho a medida de su fe y su especial manera de vivirla, donde quedará nítido el mensaje de las Sagradas Escrituras sobre los complicados misterios de la vida, del dolor y de la muerte. Conocemos, por lo general, la Semana Santa Marinera en su aspecto brillante, barroco, plástico, felliniano, en sus domingos triunfales de Ramos y Resurrección, pero la genuina y más profunda Semana Santa de los poblados marineros pueden conocerla a fondo, llegar al hueso, a su corazón y alma, en el recogimiento, soledad, desnudez, austeridad y verdad de las procesiones de esta noche. En términos profanos, una noche mágica que lleva a la profundidad del misterio.

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