viernes, 27 de enero de 2017

ENHORABUENA, LOS GRANADEROS DEL CANYAMELAR SOIS EL SEPTIMO COLECTIVO DE NUESTRA SEMANA SANTA MARINERA, QUE OBTIENE EL TITULO DE REAL

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La Cofradia de Granaderos de Nuestra Señora de la Soledad del CANYAMELAR que preside Vicente Visiedo, de nuestra SEMANA SANTA MARINERA está de enhorabuena en el año del 75 aniversario de su iamgen titular actual.
Y es que su Majestad el Rey Felipe VI de España, les ha concedido el título de Real.En el Cañamelar lo ostenta también la Santa Faz, en el Cabañal Jesús con la Cruz y Jesús en la Columna, y en el Grao también lo ostentan Concordia que también es Pontificia, Flagelación y NP. Jesús Nazareno.

Esta nueva REAL Cofradía, organizada como tal, data del año 1882, aunque oficialmen­te quedó inscrita en el año 1908, celebrando su Centenario en el año 1982.

La palabra GRANADERO, según consta en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, define a“un soldado de elevada estatura que avanzaba en cabeza de formación arrojando granadas”. Estos soldados eran los que iniciaban las marchas en la formación de los desfiles militares.
Aunque se atribuye su origen al ejército francés, en España fueron creados inicialmente en 1685 cuando se mandó organizar en España estas compañías de gra­naderos, y así se recogió en la R.O. de 26 de abril de dicho año, real orden dictada por Carlos II. Al dictar Felipe V la Ordenanza de Flandes de 10 de abril de 1702, se constituyó el ejército español a semejanza del francés, disponiendo que en cada bata­llón de 13 compañías hubiese una de granaderos, que era mantenida por el resto de las compañías.
Años antes, durante el reinado de Felipe II, el entonces Marqués de Mondejar, Virrey de Valencia, en el verano de 1574 mandó construir lo que se conocería como “La casa de las Armas”, baluarte defensivo que quedó emplazado junto a la Porta de la Mar, en el ángulo que formaba la muralla entre esta puerta y la del Real. En 1707 durante el reinado de Felipe V y como conmemoración de la batalla de Almansa, después de abolir los “Fueros de Valencia”, éste monarca mandó transfor­mar la “Casa de Armas” en una adusta “Ciudadela”, rodeada de robustas murallas, fosos y bastiones, con siniestros cañones apuntando hacia la Ciudad.
En 1716, se construyó en la Alameda una ermita dedicada a la Virgen de la Soledad, tal como  consta en la pág. 121 del Resumen Historial de la Fundación y Antigüedad de Valencia” (Pascual Escaples - 1738): “En la espaciosa Alameda de esta ciudad, en el año 1.716, don Rodrigo Caballero, Corregidor e Intendente General, mandó labrar una preciosa y rica ermita a modo de óvalo, con habitación capaz para una familia, en la cual depositó en su Altar a Nuestra Sra. de la Soledad. Es obra curiosa y rica, a cuyo sitio van frecuentemen­te los moradores de esta Ciudad. Esta pues, para mayor decencia, custodia y con­servación, la encomendó a los Religiosos Descalzos de San Francisco de Asís, esta­bleciéndola para que con su asistencia, fuese más venerada”.
Uno de los actos de más trascendencia y repercusión consistía en que todos los años, durante la Semana de Pasión, la Virgen de la Soledad, acompañada de sus peni­tentes, a través de acequias, torrentes, caminos fangosos e incluso inexistentes, sin luz, con la sola iluminación que obtenían con sus antorchas, era llevada a altas horas de la noche a esas barracas ubicadas a la orilla del mar, llamadas Grao, Canyamelar y Cabañal -Pueblo Nuevo del Mar-, en dónde celebraban la Semana Santa. La Virgen acompañaba al Santísimo en su agonía del “Vía Crucis”, hasta su muerte en el monte “Gólgota” y posteriormente a su sepultura en el huerto de José de Arimatea.
Es por aquella época que el comandante de la Ciudadela, -hombre católico?-preocupado y apiadado de este angustioso caminar de los penitentes, expuestos a los peligros de bandoleros, animales salvajes y personas de mal vivir, que amenazaban las afueras de la Ciudad, mandó que una guardia de apuestos Granaderos, con uniforme de gala, custodiara la Virgen en su ida, y en su vuelta. Por entonces no habían caminos como hoy, si no que eran senderos con acequias, barrancos, huertas sin poblar… Debería de dar miedo el aventurarse por esos lugares en la oscuridad de la noche que era cuando empezaban y terminaban las procesiones. Desde esos tiempos esa llamativa y aguerrida guardia de Granaderos custodiaron a la Virgen y a sus penitentes, manteniendo dicha escolta hasta la invasión francesa de 1808.


Una vez conquistada Valencia por las tropas francesas (1811) el mariscal Suchet quiso atraerse el afecto del pueblo de Valencia y, cuando llegaron los días de la Semana Santa, fueron apuestos Granaderos franceses, con sus vistosos uniformes, alto “morrión” y llamativas prendas de cuerpo, quienes prestaron a la Virgen de la Soledad una nota de vivo color que dio un gran atractivo a las solemni­dades de ése acto , a pesar del agobio del yugo dominador.
Vencido finalmente el coloso napoleónico por el genio indomable de los espa­ñoles, cuenta la tradición que, en su huida, fueron perseguidos valerosamente por aque­llos marineros y pescadores de los Poblados Marítimos, alguno de los cuales las guar­daron como ““trofeo” las prendas del uniforme de los odiados dominadores galos. Al año siguiente, había que ensalzar más aún, las fiestas de la Pasión y la Virgen de la Soledad no tenia porque echar de menos aquella deslumbrante comitiva que, por tan triste oca­sión se le había brindado el año anterior.
A la rápida inspiración valenciana le ha sobrado siempre arrestos para conjurar los mas difíciles conflictos y, aquel Jueves Santo de Liberación una nutrida formación de Granaderos, volteando airosos sus morriones, con la insignia “Napoleónica” en la empuñadura de sus sables, custodiaba a la Virgen de la Soledad, escondiendo bajo pia­dosa “careta” los rostros curtidos de aguerridos marineros y pescadores que rendían a la mas sublime advocación de la Virgen con su dolor y soledad de Madre, el botín y las prendas que, defendiendo a su Patria, habían arrancado de los cuerpos del invasor.
Y es a partir de ése año que, rememorando esta insigne victoria, una formación de Granaderos custodia a la Virgen de la Soledad en todas sus procesiones, como símbolo de fe y patriotismo de un pueblo que pone sus designios en Dios, y sus esperanzas a la salvadora protección de la Virgen.
Y así queda aquí plasmado el origen histórico de las diferentes corporaciones y cofradías de Granaderos que han procesionado, procesionan y procesionarán en nuestra Semana Santa Marinera de Valencia.
A lo largo de los años, el traje de Granadero ha sufrido diferentes transformaciones, diferentes cambios que, aunque no son transcendentales, si que afectan, en algo, a la estética. Por ejemplo en el morrión (gorro), podemos ver como allá por los años 20 lleva un penacho de plumas con colores mezclados -blancas y moradas-, encarado en su parte delantera, y bordado sobre el mismo terciopelo negro figura -en sustitución del emblema napoleónico- un Ave-Maria, emblema de la Cofradía. No lleva “charreteras”, ni tampoco “gorguera”, distintivo reservado generalmente a los oficiales, y bordados en los antebrazos llevan galones de oficial.


Es a partir de 1931 cuando se añaden las “charreteras” ú hombreras y la gorguera y se cambian las plumas de los morriones, adaptándose unas plumas en penachos sepa­rados, uno blanco y otro morado, que pueden cambiarse dependiendo del uniforme con que ese día se procesione o desfile, y en 1937 cuando se hace cargo el Sr. Martí -sastre­, de la confección de nuestros trajes, se produce el cambio y quedan como los que hasta ahora lucimos, esto es guerrera de terciopelo negro cruzada con botones dorados, bocamanga de raso morado, charreteras negras con galones dorados, gorguera en metal dorado, calcetines, guantes y pantalón negros, plumero y fajin morado, morrión napoleónico de terciopelo negro con el emblema de la Cofradía bordado en oro en su parte trasera, sable de suboficial, cartuchera y zapatos de charol negro.


 Viernes por la tarde “careta” negra con lentejuelas doradas y perlas formando el ana­grama de la Virgen. Domingo de Ramos y de Resurrección plumero, calcetines, guantes, pantalón y fajin blancos.
La Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno Fue la primera que lo recibió del actual MONARCA:Es una de las historicas del Grao conocida desde su fundación como "LOS ILLUECA" La Historia de la Hermandad viene dividida en dos partes: la primera abarca desde su fundación en 1945 hasta su última salida procesional en 1951 y la segunda desde su refundación en 1988 hasta hoy. Entre medias se extiende un periodo de 37 años en que la Hermandad como tal no existió aunque el trono anda titular estuvo siempre expuesto a la veneración del pueblo en la Parroquia de Santa María del Mar.

 
A pesar de este lapso, la Hermandad procesiona y funciona hoy en día de forma muy similar a como lo hacía antaño, con un uniforme idéntico, conservándose el mismo estandarte y con unos estatutos muy parecidos. Los cambios vienen más marcados por el propio paso del tiempo que por el hecho de existir dos etapas diferentes.
Fue el primero que otorga el actual Rey a una Hermandad de nuestra Semana Santa Marinera, y por tanto fue el sexto colectivo de la fiesta grande de la Valencia Marinera, que lo consiguio.Ahora con los Granaderos del Canyamelar ya son 7. Vamos a repasarlas.
La Real Hermandad de la Santa Faz  que realizó su primera salida el 8 de abril de 1925 
fundada en abril de 1924.

La Real Hermandad de la Flagelación del Señor fundada en 1927.

La Cofradía de Jesús en la Columna es fundada en 1926. 
No conocemos la fecha de su primera salida, pero, en cualquier caso, ya tomó parte en las celebraciones de 1928. 

El 8 de Febrero de 2008 la Cofradía recibió la notificación oficial del nombramiento
de Real Cofradía Jesús en la Columna.

La  Hermandad de Jesús con la Cruz  fue fundada en 1967 
y fue su presentación en la Semana Santa Marinera el Domingo de Ramos día 7 de abril de 1968 .Mediante Asamblea General Extraordinaria celebrada el 15 de enero de 1986, los miembros de la entonces cofradía aprobaron por unanimidad cambiar su nombre por el de Hermandad de Jesús con la Cruz y Cristo Resucitado.
Con escrito datado el 25 de mayo de 1991, el jefe de la Casa de Su Majestad el Rey comunicó a la Hermandad que Juan Carlos I, rey de España, había accedido a la petición formulada por ella y había tenido a bien concederle el título de "Real".

La web de la Hermandad recoge: Según manifestaciones escritas de Don Miguel Montoro Carles, antiguo Hermano Mayor de laPontificia y Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Concordia,
de la iglesia parroquial de Santa María del Mar (Grao) la Hermandad actual fue fundada en el año 1800 por el entonces vicario de dicha iglesia, Don Francisco Gascó y otros feligreses bajo la Advocación de la imagen del Santísimo Cristo de la Concordia.

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