lunes, 24 de junio de 2013

MUCHAS FELICIDADES A LOS QUE LLEVAN EL NOMBRE DE JUAN O JUANA EN EL DIA DE SU ONOMÁSTICA

Hoy es la festividad de SAN JUAN y felicitamos a nuestro monarca el Rey de España don Juan Carlos y a semansanteros que llevan este nombre como Juan Francisco Celdrán, Joan Martí, "Pollastrot",Juan Vicente Morales, el reverendo Juan Pedro Escudero o Juan Huelamo entre otros.
Bueno y a todos los Juanes y Juanas que hoy 24 de junio celebran su onomástica, pero recordemos la figura de SAN JUAN BAUTISTA,Este es el único santo del cual se celebra su fiesta en el día de su nacimiento.Vino al mundo en Judea, seis meses antes de que naciera Cristo. Su nacimiento fue milagroso, porque un ángel lo anunció a sus padres, ya ancianos.Seguramente recibió una esmerada educación al estilo judío, puesto que su padre, Zacarías, era un sacerdote israelita. Este, inspirado por el Espíritu Santo, había vaticinado que Juan "sería profeta del Altísimo e iría delante del Señor para preparar sus caminos". Lc. 1,76


Siguiendo su vocación profética extraordinaria, Juan se retiró desde muy joven al desierto, en donde llevó una vida de gran austeridad: vestía pieles de camello, se alimentaba de langostas y miel silvestre y, sobre todo, vivía entregado a la oración.Muy pronto, hacia el año 26 o 27 de nuestra era, comenzó a predicar la sincera conversión a Dios, no sólo a los pecadores declarados y públicos, sino también a los encubiertos, que se consideraban intachables, como los fariseos y doctores de la leyLas muchedumbres acudían en tropel a escuchar su predicación y en señal de sincera conversión se hacían bautizar, es decir, que recibían de manos de Juan un baño en las aguas del Jordán, para simbolizar el sincero deseo de purificarse de sus pecados. También Jesucristo fue a hacerse bautizar por Juan. Éste, iluminado por el Espíritu Santo, lo reconoció como quien era, el Mesías, el Hijo verdadero de Dios.


Tembloroso, el Bautista se negaba a bautizarlo. Pero Jesús insistió por su profunda humildad y Juan se resignó a hacerlo. Cuando se abrieron los cielos y descendió el Divino Espíritu en forma de paloma sobre el Mesías, y se escuchó la voz del Padre: "Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias". El Mesías, Hijo de Dios, se había manifestado esplendorosamente ante sus ojos y los de sus discípulos.

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