FOTOS MANOLO GUALLART
La conmemoración festiva del 9 de octubre coincide este año con un tiempo de graves dificultades económicas que pueden condicionar seriamente nuestro futuro y que, sin duda, pesan sobre nuestro ánimo a la hora de celebrar esta fecha histórica que siempre ha estado -y lo sigue estando- identificada con el orgullo de nuestro pueblo, con nuestro origen, con nuestra identidad propia y diferenciada, y con unos símbolos que representan los grandes y legítimos valores que atesora el pueblo valenciano.
Desde hace más de tres años muchos de nuestros conciudadanos han perdido su puesto de trabajo. La destrucción de empleo es, sin duda, el principal problema que aqueja a nuestra sociedad; un drama individual y familiar que suma miles de puestos de trabajo perdidos y, con ellos, miles de proyectos de futuro interrumpidos bruscamente, lo que nos exige redoblar nuestros esfuerzos solidarios y orientar nuestra tarea colectiva al objetivo prioritario de crear el empleo que devuelva la esperanza a quienes la han perdido.
Cada 9 de Octubre he insistido en que esta fecha debe ser, a la vez que festiva, propicia también para la reflexión. Una reflexión que, en este año 2011, es especialmente importante y necesaria para tomar conciencia de que cada día que pasa resulta más urgente y necesario contar con manos firmes que tomen, de una vez por todas, medidas rigurosas y eficaces para reemprender el camino del progreso. Y también esta fecha es especialmente relevante para considerar que cada uno de nosotros somos necesarios para lograr este importante y prioritario objetivo.
Los valencianos tenemos que permanecer unidos ahora más que nunca. Tenemos que estar dispuestos a hacer frente al reto, al gran esfuerzo que nos exigen las circunstancias económicas presentes, a asumir renuncias y sacrificios, individuales o colectivos, que más eficazmente puedan contribuir a la recuperación económica.
Nos esperan meses difíciles en los que debemos implicarnos todos -cada uno en la medida de sus posibilidades- siendo más productivos y demostrando con firme decisión esa capacidad de la que tantas veces hemos hecho gala a lo largo de nuestra historia para afrontar y resolver cuanto antes la terrible situación que están padeciendo miles de valencianos. Es hora de trabajar juntos más allá de cualquier divergencia, para devolver a Valencia y a la Comunidad Valenciana a la prosperidad alcanzada durante las últimas décadas, y que es la que, por nuestros propios méritos, nos corresponde disfrutar.
La celebración del 9 de Octubre ha de ser en este año 2011 una reivindicación de nuestro potencial, de nuestra creatividad, de nuestra capacidad y dinamismo económico. Hoy es necesario que volvamos la mirada a nuestro glorioso pasado para tomar fuerza y coger impulso, porque la tarea que tenemos delante es enorme, pero nunca tan grande como las ganas y el deseo de poner fin a una dura situación en la que estamos obligados a ser cada día más generosos y solidarios con aquellos que la sufren con especial gravedad e intensidad.
Alcaldesa de Valencia
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