"PRECEDIENDO AL MISTERIO DE DIOS”Era mi primera procesión claustral del Corpus desde que conozco la fiesta grande religiosa de Valencia. Había previsión de lluvia que nunca llegó a cumplirse. De ese modo la gran custodia salió desde capilla que la aloja por unas horas junto al museo catedralicio y, tras acoger – a los pies del altar mayor de la catedral – la sagrada Eucaristía, comenzó su andadura por los pasillos de la Seo valenciana hasta ser depositada en la mesa del altar para ser adorada como merece. Aquella tarde, tras dos jornadas de marcha corpusiana a ritmo festivo de primer nivel, sentí una gran preocupación por captar la esencia de un acontecimiento casi inédito. Y de pronto me vi envuelto en una procesión, con la catedral colapsada por varios miles de valencianos, en la que yo – cámara en mano – era quien precedía, apenas a pocos metros, al Misterio de Dios en forma de hostia santa. Confieso que la fotografía está capturada alzando la cámara sin mirar y con el objetivo angular administrando una ráfaga de disparos realizados con mucha fe. Las antorchas de los cirialots, amén de la presencia de canónigos y diáconos acompañando a la mayor custodia del mundo, fueron testigos mudos de aquella profunda experiencia artístico-religiosa.
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