
DIARIO DE UN DEVOTO DE LA VIRGEN
Por Manolo Guallart. Texto y fotos
15 de agosto. 1,30 de la madrugada.
Un centenar de fieles devotos habitan la parroquia, abierta 24 horas (como en julio de 2008) por la visita de la Virgen. Por las puertas entra y sale gente, con un murmullo que delata interés por contarse cosas. Algunos, en silencio, dejan pasar el tiempo en presencia de la Madre, otros retratan con su móvil y mucha ilusión la imagen de la peregrina junto al altar mayor. Falta tiempo para la salida, a las 5h de la mañana, hacia la ermita del castillo. Hay saludos, fotos para el recuerdo, fervor, admiración, respeto. En ocasiones se hace el silencio y es María la que se hace presente en todo el templo. Ha sido una tarde emotiva, aventurera, histórica para muchos.

La salida habitual desde el camarín en la Basílica ha tenido un primer destino extraordinario,


porque –subida en el maremóvil- la Virgen ha llegado al puerto de Valencia

atravesando la zona con los preparativos para el Street Circuit de Fórmula Uno.

Espectacular ha sido el momento de embarcarla en la nave de la Cofradía la Mare de Déu del

Castell de Cullera,

para poco después iniciar la aventura de un fin de semana con encanto mariano.

El recorrido hacia el sur, teniendo a la vista la costa valenciana y custodiada por una docena de

embarcaciones pesqueras y de recreo en una cálida tarde de agosto,

ha tenido ratos de asueto, pero muchos otros espirituales: rezar un Rosario en el mar con la

Virgen de los Desamparados Peregrina en cubierta es un privilegio inigualable y un momento de Dios.




Atardecía cuando avistamos Cullera y las primeras muestras de cariño con bengalas y fuegos

artificiales desde la costa, así como la presencia de nuevas embarcaciones con afán de protección

y deseos de cercanía hacia la excelsa visitante.


Ya en la bocana del Xúquer, la gente recibía a la Virgen con rostros incrédulos, rompiendo a

aplaudir a su paso entre las olas hacia el puerto fluvial.


Allí esperaba una multitud emocionada con banda de música, autoridades locales civiles y

religiosas, así como una gran representación del pueblo llano de Cullera y más gente de las

poblaciones cercanas.



Más emoción y miles de devotos expectantes para trasladarla, apenas doscientos metros, hasta

un altar instalado para la ocasión rodeado de embarcaciones, banderas, y árboles en el paseo del

puerto.

Misa de campaña de bienvenida, la invitación del párroco Joan Carles a todos para dar

testimonio de fe y acoger a la Virgen de los Desamparados como Madre y fuente de inspiración

en la vida comunitaria.

Cofrades y pescadores, en larga procesión por todo el barrio cercano, portaban sobre sus

hombros a la Reina del Cielo y de la Tierra, vitoreada desde los balcones, acompañada por

muchísimos fieles hasta la parroquia San Francisco de Asís.
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