lunes, 18 de abril de 2016

EOS TE RECOMIENDA VISITES "MUJER Y ESPACIO" LA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA DE MERCE GALÁN Y MARIA JOSÉ TOMÁS CARLES DONDE HOMENAJEAN A LAS MUJERES VICTIMAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

 FOTOS RAFA MONTESINOS
EOS os recomienda no dejéis de visitar en el Espai Cultural Biblioteca Casa de la Reina de Valencia en nuestra CALLE DE LA REINA, 85 de la VALENCIA MARINERA,su horario por las mañanas es de de 8:45 a 14:45 horas; y por las tardes, de 16.15 a 19.45 horas;LA EXPOSICIÓN de fotografías e imágenes de Mercè Galán y de nuestra amiga María José Tomás Carles.Mujer y Espacio.Mujer y entorno. Homenaje a las mujeres asesinadas por Violencia de género en 2015. Y que fue Inaugurada el pasado viernes 15 de abril, y hasta el 8 de mayo tenéis tiempo.Nosotros estuvimos allí, y por eso os decimos que no os la perdáis.
Maria José Tomás Carles, es uno de esos seres humanos, con unos valores muy marcados, fiel a si misma y DEFENSORA A ULTRANZA DE LA IGUALDAD DE LA MUJER, una artista, tímida y especial, que ama a sus Poblados Marítimos, lucha por ellos, y siente las tradiciones, como espectadora con su cámara, y nos transmite muchas cosas en el BLOG DE EOS cada primavera. Su amiga MERCE GALÁN quiso que plasmara con sus palabras lo que ambas sentían, y brotaron de su corazón sus pensamientos. Y este VESTA le pidió permiso para reproducirlas en EOS, y eso hacemos a continuación
 Qué No Me Obliguen a Morir
A las mujeres nos pasan cosas, cosas maravillosas, pero también nos discriminan, nos secuestran, nos violan, nos maltratan, nos asesinan o ejecutan, por el mero hecho de ser mujeres.
Hace unos días, viendo un reportaje sobre Yijadismo, me di cuenta de que la realidad que vivimos las mujeres es más cruenta de lo que imaginamos.
En el documental entrevistaban a una mujer siria de una aldea de RacKa, ella contaba como un grupo de yihadistas arrasaron su aldea, se llevaron a todos los hombres al bosque y los ejecutaron; las mujeres y niñas fueron secuestradas para utilizarlos como esclavas sexuales y después venderlas como mercancías. Ella, afortunadamente, había podido escapar de sus captores y relataba su experiencia mostrando la foto de su hermana y su madre que seguían en paradero desconocido.
Éste testimonio, uno más en un escenario de guerra, se pudo verificar cuando después de una explosión en la zona, fue encontrado un portátil abandonado perteneciente a los dirigentes del grupo yihaadista, antes he mencionado, y en su interior se guardaban las imágenes de la sinrazón.
Plano abierto en el que aparecen varios dirigentes del grupo yihadistas jactándose de la victoria en aquella aldea, y, en las que se repartían literalmente a las mujeres del poblado. La conversación entre ellos era similar a la de comprar en un mercado surrealista: todos opinaban sobre la mujer que elegirían; uno la quería bella, otro virgen o con ojos verdes, un tercero insistía mucho en poseer una mujer con buena dentadura o que por lo menos tuviera buenos dientes, a lo que otro insensato respondió, - “que más daba si no tenía buena dentadura se le pegaba un tiro”-
Ante situaciones de violencia desmesurada y sin límites, como la descrita, en dónde las mujeres se diluyen como cosas y desaparecen, urge la necesidad de denuncia, protesta, reivindicación y de lucha en favor de las mujeres. Nosotras al igual que otros grupos marginados no dejaremos de ser activista nunca. Nuestra obligación como mujeres es denunciar. Solo llegaremos a ser realmente libres e iguales el día en que ninguna mujer se encuentre en situación de peligro por el mero hecho de serlo.
 En este sentido, y más cercano a nosotras, nos sobresalta y preocupa la lacra de la violencia de género que sufrimos en nuestro país. Cifras e imágenes despersonalizadas, noticias espeluznantes que duran medio minuto, unos instantes, y al poco tiempo dejamos de recordar y nos dejan de afectar.
La violencia machista significa asesinato y desaparición de seres humanos con piel, rostro, nombre y apellidos, mujeres que amaban, sentían, soñaban, tenían expectativas, ilusiones y esperanzas. Tal vez también tenían, una dolorosa vida que preferían vivirla a su asesinato inesperado.
Teresa, Gisela, Sandra, Egle, Susana, Hanan, Tamara, Divina, Mónica, María Ana, Francisca María, María Isabel, Gema, Encarnación, María del Águila, María Ángeles , Anne, Rachida, Verónica, Beatriz, Felicidade Rosa, Ancuta, Laura, Annelie, Rosario, Dolores, Gemma, Maryna, B., Marina. O, Leire, Olga, Otilia, Antonia, Divina, Fuensanta, María Almudena, Maimona, Silvia, Carmen María, María Iris, Concepción, María José, Constancia, María Isabel, Antonia, Elvira, María del Carmen, Eva maría, Svetoslava, Ramona, María del Castillo, Yessica Paola, Nancy, Coral, Mónica, Marina, Caridad, Dina y Anna. 
 ….forman parte del listado oficial de mujeres asesinadas en nuestro país en 2015. También como sabéis existe otro listado no oficial, muy extenso, en la que aparecen menores (niñas y niños), más mujeres y algunos hombres que han muerto en circunstancias sospechosas o coyunturales en relación a violencia de género y no están incluidas, ya que siguen en proceso de investigación o simplemente las leyes no las consideran como tal. Todas ellas merecen ser nombradas y recordadas porque reivindicar su injusta ausencia podrá ser la salvación de otras mujeres.
Es por éste motivo que hoy estoy aquí, hablando de mujeres y tratando de visibilizar una preocupación que concierne a toda la sociedad, y lo hago de la única manera que se hacerlo, de la mejor manera que puedo hacerlo: a través de la fotografía como una extensión de mí. La cámara son mis ojos, mis manos y mi boca, con ella puedo decir y expresar, lo que no puedo expresar de otra manera. Para mí, la fotografía como documento social y de denuncia se asemejaría a un grito, un grito compartido.
 “Que no me obliguen a morir”
Son una serie fotografías que he realizado con muchísimo cariño y respeto con el único fin de no olvidar a nuestras compañeras asesinadas por violencia de género. Presencia de vida (representada) que nos evoca que ellas siempre estarán entre nosotras, en nuestras reivindicaciones y exigencias de un mundo mejor y más igualitario.
 Explicación de las fotografías:
-Una fotografía para cada mujer
-Un par de zapatos vacíos de los colores de la mujer para cada mujer.
-Un espacio, un entorno para cada mujer.
-Otras mujeres que prestan sus zapatos para homenajear a las mujeres asesinadas.
 ¿Qué es lo que pretendo con la exposición?
Lo importante en estas fotografías es el sentido. La estética y el encuadre pasan a un segundo lugar porqué realmente lo que me interesaba es acercarme a un sentimiento: a la emoción de dolor, empequeñecimiento, y soledad de las mujeres en situación de vulnerabilidad y desamparo.
Cita Wittgenstein. No se puede sentir el dolor de otro si no hemos sentido alguna vez ese dolor. El dolor es recuerdo, solidaridad. Cuando recuerdo que una vez tuve ese dolor, es cuando puedo empatizar con el dolor de la otra persona. 
 ¿Cómo hacerlo?
A través de significaciones, guiños y colores de lo cotidiano: Los espacios de convivencia, nuestras calles del barrio, sus casas y construcciones como metáfora de la mujer.

El itinerario del relato de los zapatos vacíos no podía desarrollarse en otro lugar distinto Cabanyal, Natzaret, La Punta, Malvarrosa, esos lugares conocidos y amados por muchas de nosotras, lugares que han sufrido el olvido, el abandono, la desolación y destrucción, de una manera similar a nuestras mujeres. En definitiva son dos formas distintas de morir en nosotras.
El acercamiento al sentimiento de las mujeres era más sencillo mediando esos lugares, esas pequeñas construcciones de maravillosos colores, esos rincones, esas calles sin transeúntes, esos descampados sin alma, que jamás dejan de conmovernos.
Las casas, las casas abandonadas, casa deterioradas, sus descansillos , puertas y picaportes desgastados, los descampados y solares, el silencio de las calles, los lejanos parques mal utilizados, los muros, las fuentes, los grafitis y pintadas dejadas como recuerdo, los límites de nuestro barrio, la arena, la tierra y el mar que rodea a los poblados marítimos, han sido mi inspiración y han permitido reflejar la sensación de vértigo,(zapatos escalando por el muro o entre los tejados); o la de hundimiento en un desierto de arena y un mar que todo lo engulle. Pero también sentimientos de esperanza y vida a través de la tierra, los huertos y las plantas.
La maravillosa luz de nuestro barrio, su belleza imposible de disimular, a pesar de tanta destrucción, nos acerca lentamente y sin avisar a la muerte, una muerte anunciada en la que al parecer tiene más resistencia la piedra que las personas.

 ¿Porque zapatos, porque vacíos, porque rojos?
La simbología de los pies y su envoltorio o zapatos que protegen u oprimen, es muy extensa. Básicamente, nuestros pies son la parte de nuestro cuerpo que nos pone en contacta con la tierra y con la vida. Zapatos vacíos, en mis fotografías, únicamente puede significar ausencia de vida, una ausencia que no podemos remplazar, en nuestro caso.
El color de los zapatos, rojos o similares, no es una idea original. La he utilizado con intención de seguir la línea de otras acciones que en diferentes partes del mundo están teniendo lugar en protesta y erradicación del “Asesinato de mujeres por el mero hecho de serlo”, y, en las que el arte se suma en pro de la memoria del feminicidio.

 No puedo dejar de mencionar la iniciativa pionera de Eliana Chauvet. Instalación pública de “Zapatos Rojos” nace en Ciudad Juárez en 2009, con 33 pares de zapatos donados por mujeres juarenses. Las primeras instalaciones se realizaron en Avenida Juárez, un área en donde se suscitaron las desapariciones de las jóvenes. El color rojo representaba la sangre, pero también el color de la esperanza. 
 Podrán asesinarnos pero jamás robarnos la pasión”
Es por ello que me he inspirado en ésta excepcional iniciativa. El arte y la fotografía, en mi caso, nos conectan directamente con las emociones de otros seres humanos, de otras mujeres. La fotografía participativa, todo tipo de acciones artísticas colectivas, nos permiten abordar los problemas sociales en común y a la vez permitir que tengan mayor repercusión social.
 Es por esa razón que no me puedo olvidar de las otras mujeres,- , las que han participado, prestando sus zapatos rojos, y las que me han inspirado.
  • Mencionar a dos mujeres. Ana Sánchez y Mercè Galán.
  • Y a las demás mujeres que de forma latente también son protagonistas de estas fotografías. Mis amigas compañeras de aventuras: Rosa Monfort, María Ibáñez, Gemma Veres, Luz Navarro, Ausi, Pepa, María Monfort, María José. A las mujeres de mi familia –que adoro- Alejandra, Marina, Ángela, Ana, A mi suegra María y a mi madre Angelita.
Todas vosotras, y algunas más, sois la gasolina y muchas veces el motor de mi vida, os doy las Gracias.
 Me prestasteis vuestros zapatos y los puse entre algodones dentro de mi mochila, para recorrer con ellas y con vosotras los caminos perdidos, esos lugares sin explorar al que las mujeres parece que nunca llegamos. Nos acercamos juntas al precipicio, a la cima, al abismo y allí dejamos la huella de nuestros zapatos. Ya nada ni nadie nos iba hacer desaparecer. Nuestro recuerdo iba a quedar congelado para siempre en esos lugares, que a pesar de todo, aún permanecían. Teníamos la suerte de que la magia de la fotografía nos iba a hacer eternas. Ahora, cualquier mirada, podían volver una y otra vez sobre nuestra imagen fija para repensarnos y recordarnos de la manera en que nunca lo habían podido hacer anteriormente.
 Creo firmemente en que las fotografías una vez realizadas, una vez compartidas, dejan de pertenecerte. Seguramente, estas fotografías nunca me pertenecieron, porque en realidad es la historia que jamás habría contado, el relato que más me ha costado contar.
 Como estamos aquí para hablar de mujeres, de cosas que nos suceden a las mujeres y de sus historias, quiero terminar con la referencia a una novela de Frank Baum convertida en película.
 Quién no recuerda los brillantes zapatos de Dorothy en la película “El mago de oz”.: Aquel par de zapatos que la bruja buena del Norte le regala a Dorothy, venían con indicaciones: la advertencia de que no debe apartarse del camino amarillo y nunca jamás quitárselos representan lo oscuro y secreto que hay en ella (en las mujeres), también y en parecido sentido, la ingenuidad y la inocencia de la niña,que corre un serio peligro de ser corrompida
 y también de perder su virginidad, si no atiende a las normas indicadas. Después de enfrentar su destino y aprender de sus errores, Dorothy hace chocar los talones de sus zapatitos rojos y puede volver a casa para darse cuenta de que no hay mejor lugar que el hogar, aunque sea algo sucio, polvoriento y en tonos sepia.
 Estas novelas idealistas y crueles, de final feliz o dramático para nosotras, y, que de forma subversiva se introduce en el inconsciente colectivo femenino han marcado nuestras vidas. Pero también, hoy en día, esas experiencia narradas, pueden servirnos, tienen una posibilidad: la de ser cambiadas.
Es por ello, que si nuestras protagonistas, las cincuenta y seis mujeres asesinadas por violencia de género en nuestro país, hubieran poseído unos preciosos zapatos mágicos, seguramente nunca harían chocar los talones de sus escarpines para ser devueltas a casa. Probablemente decidirían seguir explorando los diferentes caminos por recorrer que les acercaran cada vez más a la su merecida libertad.
Gracias.

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