viernes, 4 de octubre de 2013

LA TRONERA DE MANUEL ANDRÉS FERREIRA:FRANCISCO Y OSORO, MIS ÍDOLOS


 

Un grande del periodismo festivo en nuestra ciudad, santo y seña de LAS PROVINCIAS de su época, como es mi amigo MANUEL ANDRES FERREIRA, ha aceptado el ofrecimiento que le hicimos en su día de colaborar puntualmente en EOS, y como ahora  disfruta de una "tercera juventud" y hace lo que quiere y cuando quiere, recordando su columna La Tronera, del querido Diario del Marítimo,hoy estrenamos LA TRONERA  de Manuel Andrés Ferreira en EOS.

Francisco y Osoro, mis ídolos
El arzobispo, Carlos Osoro, desde que tomó posesión de la diócesis de Valencia un 18 de abril de 2009 no deja de sorprender a los valencianos en general y, sobre todo, a la inmensa mayoría de los católicos y no católicos. Ahí radica su personalidad y su carisma rebosante de gestos.
Recuerdo el primer impacto en los fieles finalizada su primera misa concelebrada en la Catedral. Terminada la misma se dirigió por el pasillo central del templo hacia la puerta de entrada a la Catedral, la conocida por la de los Hierros, para saludar a los fieles a su salida de la celebración litúrgica y agradecer su asistencia. Todos quedamos sorprendidos inclusive los medios de comunicación que cubríamos la noticia y los propios canónigos que concelebraron junto a él. Corrimos hacia la puerta  y nos apresuramos a preguntarle: Don Carlos, ¿por qué este saludo?. A lo que respondió: “Es una costumbre que tengo desde hace muchos años para agradecer a los fieles su asistencia a la eucaristía”.
Meses más tarde y próxima a la Navidad manifestó interés en conocer personalmente a los periodistas que se responsabilizaban, entre otras, de las noticias de la Iglesia. Para ello nos convocó a una comida en el comedor de palacio arzobispal a la que asistieron sus obispos auxiliares. Fue una comida histórica, ningún arzobispo la había hecho nunca, en la que sin ningún tipo de protocolo charlamos distendidamente de la familia, de nuestro trabajo y de lo que pensábamos se podía hacer en este tipo de informaciones.
Personalmente “me quedé” con su abrumadora humanidad, mirada limpia, sencillez y, sobre todo, cercanía. Monseñor Carlos Osoro lleva en Valencia cuatro años en los que no ha dicho no a nada ni a nadie. Sólo hay que seguir su frenética actividad y sus innumerables viajes a fiestas patronales, bendiciones, bodas de oro sacerdotales, procesiones y reuniones pastorales en nuestros pueblos.
Sirva esta pequeña introducción acerca mis encuentros con el arzobispo para expresar y congratularme como valenciano de que haya sido monseñor Osoro el primer prelado en pronunciarse sobre la entrevista al papa Francisco en la revista de los Jesuitas, y asegurar que comparte plenamente las palabras de Francisco, entre algunas la existencia de posturas machistas en la Iglesia que deben cambiar. ¿Se ha escuchado esto alguna vez? Nunca.
El resto de otras dignidades eclesiales sí han hablado, lo han hecho con la boca pequeña, por no decir que ven llegar, más pronto que tarde, una revolución radical en el seno de la Iglesia, que dicho sea de paso hace falta para recuperar gran parte de una sociedad católica desilusionada. Personalmente creo que el papa Francisco hará desaparecer la soberbia de la Iglesia.
Su nombre, Francisco, ya es todo un programa pastoral que nos recuerda a San Francisco de Asís. Desde su nombramiento sus homilías y gestos anuncian reformas en la Curia, que ya ha comenzado como la sustitución del secretario de Estado, el todopoderoso Bertone, y últimamente el nuevo prefecto del Clero. Francisco tiene muy claro, y así manifiesta, que “la Iglesia es un servicio y no un poder omnímodo”, aspectos en los que coincide nuestro prelado valenciano.
Cabe destacar que monseñor Osoro hizo estas referencias al papa  durante una rueda de prensa para presentar su carta pastoral para este año que titula “¿Qué quieres que haga por ti?”; pastoral que también recoge actitudes que desde hace meses está implantando Francisco en la Iglesia.
Se avecinan cambios en el seno de la Iglesia, por otro lado necesarios. Pienso que un buen sucesor de Rouco Varela, según manifiestan destacadas personalidades cercanas a la Conferencia Episcopal, sería nuestro carismático arzobispo. Hago la apuesta.

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