Un
grande del periodismo festivo en nuestra ciudad, santo y seña de LAS PROVINCIAS
de su época, como es mi amigo MANUEL ANDRES FERREIRA, ha aceptado el ofrecimiento
que le hicimos en su día de colaborar puntualmente en EOS, y como ahora disfruta de una "tercera juventud" y
hace lo que quiere y cuando quiere, recordando su columna La Tronera, del querido
Diario del Marítimo,hoy estrenamos LA TRONERA de
Manuel Andrés Ferreira en EOS.
Francisco y Osoro, mis ídolos
El
arzobispo, Carlos Osoro, desde que tomó posesión de la diócesis de Valencia un
18 de abril de 2009 no deja de sorprender a los valencianos en general y, sobre
todo, a la inmensa mayoría de los católicos y no católicos. Ahí radica su
personalidad y su carisma rebosante de gestos.
Recuerdo
el primer impacto en los fieles finalizada su primera misa concelebrada en la
Catedral. Terminada la misma se dirigió por el pasillo central del templo hacia
la puerta de entrada a la Catedral, la conocida por la de los Hierros, para
saludar a los fieles a su salida de la celebración litúrgica y agradecer su
asistencia. Todos quedamos sorprendidos inclusive los medios de comunicación
que cubríamos la noticia y los propios canónigos que concelebraron junto a él.
Corrimos hacia la puerta y nos
apresuramos a preguntarle: Don Carlos, ¿por qué este saludo?. A lo que
respondió: “Es una costumbre que tengo desde hace muchos años para agradecer a
los fieles su asistencia a la eucaristía”.
Meses
más tarde y próxima a la Navidad manifestó interés en conocer personalmente a
los periodistas que se responsabilizaban, entre otras, de las noticias de la
Iglesia. Para ello nos convocó a una comida en el comedor de palacio arzobispal
a la que asistieron sus obispos auxiliares. Fue una comida histórica, ningún
arzobispo la había hecho nunca, en la que sin ningún tipo de protocolo
charlamos distendidamente de la familia, de nuestro trabajo y de lo que
pensábamos se podía hacer en este tipo de informaciones.
Personalmente
“me quedé” con su abrumadora humanidad, mirada limpia, sencillez y, sobre todo,
cercanía. Monseñor Carlos Osoro lleva en Valencia cuatro años en los que no ha
dicho no a nada ni a nadie. Sólo hay que seguir su frenética actividad y sus
innumerables viajes a fiestas patronales, bendiciones, bodas de oro
sacerdotales, procesiones y reuniones pastorales en nuestros pueblos.
Sirva
esta pequeña introducción acerca mis encuentros con el arzobispo para expresar
y congratularme como valenciano de que haya sido monseñor Osoro el primer
prelado en pronunciarse sobre la entrevista al papa Francisco en la revista de
los Jesuitas, y asegurar que comparte plenamente las palabras de Francisco,
entre algunas la existencia de posturas machistas en la Iglesia que deben
cambiar. ¿Se ha escuchado esto alguna vez? Nunca.
El
resto de otras dignidades eclesiales sí han hablado, lo han hecho con la boca
pequeña, por no decir que ven llegar, más pronto que tarde, una revolución
radical en el seno de la Iglesia, que dicho sea de paso hace falta para
recuperar gran parte de una sociedad católica desilusionada. Personalmente creo
que el papa Francisco hará desaparecer la soberbia de la Iglesia.
Su
nombre, Francisco, ya es todo un programa pastoral que nos recuerda a San
Francisco de Asís. Desde su nombramiento sus homilías y gestos anuncian
reformas en la Curia, que ya ha comenzado como la sustitución del secretario de
Estado, el todopoderoso Bertone, y últimamente el nuevo prefecto del Clero.
Francisco tiene muy claro, y así manifiesta, que “la Iglesia es un servicio y
no un poder omnímodo”, aspectos en los que coincide nuestro prelado valenciano.
Cabe
destacar que monseñor Osoro hizo estas referencias al papa durante una rueda de prensa para presentar su
carta pastoral para este año que titula “¿Qué quieres que haga por ti?”;
pastoral que también recoge actitudes que desde hace meses está implantando
Francisco en la Iglesia.
Se
avecinan cambios en el seno de la Iglesia, por otro lado necesarios. Pienso que
un buen sucesor de Rouco Varela, según manifiestan destacadas personalidades
cercanas a la Conferencia Episcopal, sería nuestro carismático arzobispo. Hago
la apuesta.
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