FCM.- Hoy ya tenemos FALLERAS MAYORES DE VALENCIA para 2014, enhorabuena a la niña Claudia Villodre Gómez y a la señorita Carmen Sancho de Rosa que durante un año van a vivir un maravilloso reinado.
Pero este VESTA, sigue a lo suyo, manteniendo la llama encendida, y aunque ya os lo conté hace unos años en mis RECUERDOS semanasanteros, como se han cumplido 25 AÑOS de aquello os lo vuelvo a recordar. El ejercicio 1987-88 trajo a la Presidencia de la Parroquial del Rosario a otro tocayo mío, también Granadero del Cañamelar. Paco Vicent (q.e.p.d) le cedía el testigo a Paco Celda (q.e.p.d). Yo me centré en la presidencia de mi Hermandad y no fui delegado de la Parroquial ni de la Junta Mayor.
Aquella
Junta fue la última que tuvo a don Alberto Villalba Navasquillo, como
párroco y consiliario durante un ejercicio completo. Detengámonos un
momento a recordar la figura de don Alberto. Mi buen amigo Javier
Martínez, escribía el 30 de agosto de 1988
en el ejemplar número nueve del Diario del Marítimo de LAS PROVINCIAS, y
en la sección GENTE DEL BARRIO lo que este sacerdote, que algunos
apodaron “el tío toballeta” , expresaba días antes de su marcha de la
parroquia.
“
Con una tenue atmósfera de luz mortecina, en la semioscuridad de la
parroquia de Nuestra Señora del Rosario, el padre Alberto Villalba
Navasquillo, vive desde hace 20 años en el corazón del barrio del
Cañamelar.
Este
barrio es completamente obrero, en su tiempo era muy rico y tenía
bastante industria, pero poco a poco todos van emigrando al centro.
Antiguamente había muchos toneleros, aunque la mayoría de ellos
trabajaban en el puerto.
Este
valenciano de 75 años nacido en Masalaves de una familia acomodada,
estudió Teología en el Seminario Concilial de la calle Trinitarios.
Cuando habla de su antecesor el padre Vicente Gallart, no le gusta
ahorrar elogios, su
labor fue muy importante, dejó sus mejores momentos entre la gente de
este barrio, fue un hombre que se entregó por entero a sus feligreses
con un gran entusiasmo.
La
parroquia de Nuestra Señora del Rosario, con más de 8.000 feligreses y
situada en la plaza que lleva su mismo nombre, tiene en su fachada una
pintada anónima reivindicando las misas en valenciano:
Aquello fue un ejemplo de irresponsabilidad, porque algunas veces me lo
piden sin ninguna obligación, y yo por supuesto accedo, lo importante
no es decirla en castellano o en valenciano, sino el significado que
tiene la palabra de Dios.
Como testigo mudo, frente a la fachada de la parroquia una fuente ha sido el motivo de numerosas controversias, esto
no es un lavadero público, los gitanos vienen a lavar su ropa y ahora
en verano la utilizan como piscina sin ningún miramiento.
En su tiempo libre, sus feligreses ocupan su mayor preocupación: Me dedico a escribir porque salgo muy poco y desde aquí atiendo a todas las familias que me necesitan.”
Conformaron
aquella junta presidida por Paco Celda, el tío Jaime Portalés como
vicepresidente, Manuel Francisco Pradas como secretario, Manolo Furió
tesorero y delegado de fiestas, auxiliado en su equipo de festejos por
Chus Jiménez y Paquito Peiró.
Los
vocales fueron Salvador Edo, Manuel Miguel, Vicente Aparicio, Pepito
Riera, Juanvi Morales, Aníbal Jiménez, Pepe Vilaseca, Luisito Pizá, Toni
Peris, Paco Burguera, Pepito Sancho, Tomás Peris, José Sanchis, Pepe
Eleuterio, Enrique Salazar, Julio Donoso, Toni Mata y Angel Méndez.
El
ejercicio tuvo como novedades a destacar, dentro del referido ámbito
parroquial, el traslado del local social de la Hermandad del Santo
Sepulcro que estaba hasta la fecha, en la calle Padre Luis Navarro,
cruce con Justo Vilar al nuevo en la calle José Benlliure 146, muy
cerquita de la vivienda de la familia Morales Monsalve. Dicha planta
baja de la calle dedicada al primer párroco del Rosario, luego se
convirtió durante muchos años en la peluquería de Plácido y creo que
actualmente es un café.
Pero
me vienen a la mente los buenos ratos pasados en aquella sede del Santo
Sepulcro, cuando a Chus Giménez, se le ocurrió realizar una
representación viviente de la Pasión en la Plaza de Calabuig, y que por
desgracia, nunca llegó a buen puerto. Fue allí donde con el guión en
mano cada uno de los futuros actores de la parroquial recitaban sus
papeles, y cuando muchos convertidos en discípulos de Jesús ensayaban, el tío Jaime Portalés con su vozarrón fuerte y grave decía: Ninguno de nosotros. Paquito Vicent con su clásica voz exclamaba: Que quieres decir maestro.
Y así pasaron varios ensayos dirigidos por un desesperado Chus. Juanvi
Morales seguro que se acuerda de ello, y ya le esbozo una sonrisa.
También
cambiaron la hora del traslado del Cristo yacente el Sábado Santo a las
ocho y media de la tarde y teniendo además un carácter de participación
popular. Pero ese año 88 ya se mascaba la vuelta del Grao a nuestras
procesiones y desde la Avenida del Puerto cerca de la calle de las
Maderas, donde estaba la pequeña iglesia de Jesús Obrero se trasladó
el Cristo de la Concordia a la parroquia de San Mauro en la calle
Noguera, pasando a denominarse San Mauro-Jesús Obrero, fue un sábado 26
de marzo y en representación junto a Vicente Pérez y Pedro Blanco entre
otros, acompañamos y portamos por primera vez el Cristo de la Concordia.
Seguimos en 1988 continuo rebobinando y cambiando
el tercio como dicen los taurinos, en clave parroquial de nuevo, en
mayo de ese año recibo un saluda del bonachón guerrero napoleónico Sr. Celda que
decía: “ El Presidente de la
Junta Parroquial Saluda a don Francisco Celdrán Martínez, presidente de
la Hermandad de Vestas del Buen Acierto y le ruega se sirva aceptar el
cargo de SECRETARIO GENERAL dentro del consejo de gobierno de nuestra
Junta Parroquial de Semana Santa. A tales efectos le adjunta una
relación de cargos, por la que podrá observar los componentes
propuestos. Caso de aceptar le ruega se sirva contactarlo a fin de
hacerle llegar su conformidad. Y aprovecha la ocasión para testimoniarle
su reconocimiento más sincero”.
Por
supuesto, que acepté el reto y Paco Celda, acompañado por mí le
solicitamos a don Alberto volver a realizar las reuniones en el Teatret
de la Casa Abadía y ese año, dejamos los locales sociales y volvimos a
hablar de Semana Santa durante todo el año en los muros de la parroquia.
Aquel ejercicio a partir de octubre, por tanto HAN PASADO 25 AÑOS, emprendería un nuevo rumbo con la
llegada del Rvdo. don Vicente Esteve Belenguer.
Aquella junta 1988-89 presidida por Paco Celda, conmigo de Secretario General, tuvo
a el tío Jaime Portalés como vicepresidente, Juanvi Morales como
secretario de actas, Manolo Francisco Pradas tesorero, Pepito Riera como
contador, y delegado de fiestas fue un año más Manolo Furió, ocupando
un joven “Pecholata” es decir Pepe Toni Just la delegación de
actividades diversas.
Los
vocales fueron Salvador Edo, Manuel Miguel, Enrique Lozano, Luisito
Pizá, Toni Peris, Paco Burguera, Pepito Sancho, Tomás Peris, Enrique Salazar, Julio Donoso, Paquito Peiró y Antonio Trilles Tallavaches.
El
viernes 17 de junio de ese intenso año 1988 aparecía en LAS PROVINCIAS
un especial de la serie BARRIOS dedicado íntegramente al Marítimo desde
la pagina 37 a
la 52 todas hablaban de nuestro entorno más cercano; y creo
modestamente, que la buena acogida que tuvo, fue el germen para que el
20 de agosto de ese mismo año vieran la luz esas entrañables páginas del
DIARIO DEL MARITIMO que tanto gustaban a la gente de aquí, por tanto HAN PASADO 25 AÑOS,
Joan Lerma Blasco, president de la Generalitat Valenciana, escribía en la página 39 de aquel curioso especial con sabor a mar:
“ MI BARRIO
El
Marítimo, un barrio que se abre progresivamente a la ciudad y al mar.
Tradicionalmente fue un poblado de pescadores y marineros alejados
física y socialmente de la capital, residencia de los nobles y
burgueses. Este carácter popular y específico lo ha mantenido a lo largo
del tiempo, hasta hoy. La historia reciente del barrio es la de su
integración en el conjunto urbano de Valencia rompiendo poco a poco las
barreras de las distancias y los obstáculos de las vías.
En
estos últimos años se han realizado ya grandes cambios que lo han hecho
más accesible. Además, las obras del Puerto, el enterramiento de las
vías del tren y la conservación del centro histórico del Cabanyal, así
como las nuevas avenidas contempladas en el plan general, ayudarán a
conseguir este objetivo.
Hoy,
además, como otros barrios periféricos de la metrópolis, tiene
problemas de integración social en especial en Nazaret y Malvarrosa.
Pero nuestro barrio es precisamente uno de los que tiene mayor
participación ciudadana y dinamismo social, y va encontrando no sólo los
cauces reivindicativos, sino también creadores de una sociedad más
moderna y solidaria: asociaciones, colectivos, cooperativas, centros de
integración sociolaboral que apoyados por el centro social y la
administración nos permiten tener esperanza.
En
el barrio del Marítimo he vivido los cambios sociales más importantes
de mi generación. Cantidad de recuerdos me vienen a la memoria que son
una pequeña historia llena por las conquistas de las libertades, de la
democracia y de la identidad de un pueblo.
En
mi infancia he perdido el ambiente social y popular valenciano a través
de su propia idiosincrasia. Allí me he encontrado siempre como en mi
casa: caras conocidas de siempre, familia, amigos, colegio, bares,
tiendas. Es el clima más propicio para que uno se sienta y se realice
como padre, vecino, amigo. Aspectos entrañables de la vida humana y
social que han impregnado mi vida política, que he de agradecer
profundamente y que en este momento valoro en mi responsabilidad de
gobierno. “
Y
otro vecino, hoy consagrado geográfo e historiador y profesor de la
Universidad de Valencia, que por aquel entonces, ya trabajaba en la
misma en el Departamento de Geografía. Yo lo había conocido el año
anterior cuando él y su hermano Javi ingresaron en la Hermandad que yo
presidía, de la mano de su tía Maribel. Además no hay que olvidar que su abuelo, don
José Boira Palacios, fue secretario del Comité Central de Fiestas de
Semana Santa, del Distrito del Puerto y certificó en 1929 la
constitución de dicho Comité el 28 de noviembre de 1928.
Pero
vayamos a lo que escribió su nieto José Vicente, en la pagina 37 de LAS
PROVINCIAS, que fue uno de los artículos de la portada del especial que
creemos aportó orgullo al ser del Marítimo:
“ Cabanyal-Canyamelar: Espacio singular
En
1986, se realizó una investigación en el barrio del Cabanyal-Canyamelar
destinada a conocer cómo sus habitantes organizaban, estructuraban y
valoraban su propio entorno y cómo lo relacionaban con el resto de la
ciudad de Valencia. Aplicando diversas técnicas (principalmente la
encuesta) intentamos desentrañar la imagen mental que del barrio se han
formado sus vecinos. Comentaremos brevemente los principales resultados,
aunque circunscribiéndose a aquellos que se refieren exclusivamente al
barrio en cuestión. Para un mayor detalle, remitimos al libro publicado
en 1987 por el Ayuntamiento de Valencia, en la colección “Valencia,
Barrio a Barrio: “El Cabanyal-Canyamelar”.
Con
más de 23.000 vecinos, este barrio marítimo es uno de los más
originales de Valencia, tanto por la forma octogonal de su plano, como
por los diversos estilos arquitectónicos de algunos de sus edificios,
predominando el modernismo popular. Socialmente, también es una unidad
de fuerte peculiaridad y carácter propio, debido, entre otras razones, a
su dinámica histórica (junto a la Malva-rosa fue municipio
independiente hasta 1897) y a la conservación de los años sesenta y
setenta.
Tomando
como punto de partida las bases teóricas de la geografía de la
percepción, aproximación que se preocupa por el conocimiento del espacio
urbano paralelo al usualmente descrito, pero organizado y estructurado
en la mente de los ciudadanos, pudimos ver cómo el Cabanyal-Canyamelar
es percibido por sus habitantes como un auténtico barrio, con limites
claramente definidos, de tal manera que el 46 % de los encuestados está
de acuerdo en señalar el Paseo Colón como frontera sur, el 76% las vías
de RENFE como frontera oeste y el 90%, la playa como límite este.
Un grato ambiente humano o
Internamente,
el barrio más apreciado es menor en extensión que el administrativo,
reduciéndose a la zona tradicional y más cercana a la playa, que se toma
como la imagen representativa del Cabanyal-Canyamelar, despareciendo la
parte interior, más próxima a las vías del tren y más degradada
paisajísticamente.
Por
otra parte, los habitantes del barrio valoraron muy positivamente el
vecindario, ambiente humano del Cabanyal-Canyamelar, con altas
puntuaciones (9 y 10 sobre 10) en un 74%, mientras que el ambiente
físico, los edificios y la trama, tan sólo alcanzaba el sobresaliente
para un 55% de los encuestados. Ligado a este hecho, un 82% de los
mismos elegía como más representativa del barrio, entre varias posibles
respuestas, la afirmación de que “es fácil establecer relaciones con los
demás”. El Distrito Marítimo alcanzaba una puntuación alta en los
conceptos de “relaciones humanas” (1º sobre los 19 distritos de
Valencia), “diversión” (2º) y “nivel de vida” (5º), ocupando muy
inferiores puestos en conceptos como “seguridad” y “cuidado”.
En
resumen, nos hallamos ante un espacio muy homogéneo, tanto urbanística,
social como perceptualmente. Un espacio en el que destaca la
peculiaridad del entorno arquitectónico-urbanístico, la unidad
socio-vecinal, las señas de identidad propias y que se percibe más
alejado del centro urbano de lo que realmente está (exageración de
distancias con la edad, acorde con la expresión muy común en el
Cabanyal-Canyamelar de “anar a Valencia” refiriéndose al desplazamiento
al centro urbano).
Un
barrio en el que deberían evitarse intervenciones “duras” que
alterarían sin duda el marco físico donde hoy en día se da tal vez lo
más aproximado a una auténtica vida vecinal que podamos imaginar en una
gran ciudad. “
HAN PASADO 25 años, y parece que fue ayer cuando dimos la bienvenida al nuevo párroco en octubre de 1988 con una cena en el GARRI JUNIOR en la calle de Vicente Brull.
Abarrotamos aquel barecito y miembros de todas las Hermandades,
Cofradias y Corporaciones dimos la bienvenida al reverendo don Vicente
Esteve Belenguer como párroco que sustituyó al Rvdo. don Alberto
Villalba Navasquillo, con el que ya había estado de vicario parroquial.
Enviamos saludas a todas las parroquiales
Carlos Orduña de San Rafael no faltó junto a Santacreu y alli departiamos con el tio Jaume Portalés (q.e.p.d)
Queridos Vicente Esteve, Paco Celda, Mauricio Lluch, Jaime Portales, etc que estáis en el cielo junto a Dios Padre...HAN PASADO 25 AÑOS y lo recuerdo como si fuera ayer.
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