miércoles, 16 de octubre de 2013

EL VESTA:HAN PASADO 25 AÑOS... DE LA LLEGADA DE VICENTE ESTEVE A LA PARROQUIAL DEL ROSARIO, QUE PRESIDÍA PACO CELDA


FOTOS ARCHIVO EOS
FCM.- Hoy ya tenemos FALLERAS MAYORES DE VALENCIA para 2014, enhorabuena a la niña Claudia Villodre Gómez y a la señorita Carmen Sancho de Rosa que durante un año van a vivir un maravilloso reinado.
 Pero este VESTA, sigue a lo suyo, manteniendo la llama encendida, y aunque ya os lo conté hace unos años en mis RECUERDOS semanasanteros, como se han cumplido 25 AÑOS de aquello os lo vuelvo a recordar.
El ejercicio 1987-88 trajo a la Presidencia de la Parroquial del Rosario a otro tocayo mío, también Granadero del Cañamelar. Paco Vicent (q.e.p.d) le cedía el testigo a Paco Celda (q.e.p.d). Yo me centré en la presidencia de mi Hermandad y no fui delegado de la Parroquial ni de la Junta Mayor.

Aquella Junta fue la última que tuvo a don Alberto Villalba Navasquillo, como párroco y consiliario durante un ejercicio completo. Detengámonos un momento a recordar la figura de don Alberto. Mi buen amigo Javier Martínez, escribía el 30 de agosto de 1988 en el ejemplar número nueve del Diario del Marítimo de LAS PROVINCIAS, y en la sección GENTE DEL BARRIO lo que este sacerdote, que algunos apodaron “el tío toballeta” , expresaba días antes de su marcha de la parroquia.
“ Con una tenue atmósfera de luz mortecina, en la semioscuridad de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, el padre Alberto Villalba Navasquillo, vive desde hace 20 años en el corazón del barrio del Cañamelar.
Este barrio es completamente obrero, en su tiempo era muy rico y tenía bastante industria, pero poco a poco todos van emigrando al centro. Antiguamente había muchos toneleros, aunque la mayoría de ellos trabajaban en el puerto.
Este valenciano de 75 años nacido en Masalaves de una familia acomodada, estudió Teología en el Seminario Concilial de la calle Trinitarios. Cuando habla de su antecesor el padre Vicente Gallart, no le gusta ahorrar elogios, su labor fue muy importante, dejó sus mejores momentos entre la gente de este barrio, fue un hombre que se entregó por entero a sus feligreses con un gran entusiasmo.
La parroquia de Nuestra Señora del Rosario, con más de 8.000 feligreses y situada en la plaza que lleva su mismo nombre, tiene en su fachada una pintada anónima reivindicando las misas en valenciano: Aquello fue un ejemplo de irresponsabilidad, porque algunas veces me lo piden sin ninguna obligación, y yo por supuesto accedo, lo importante no es decirla en castellano o en valenciano, sino el significado que tiene la palabra de Dios.
Como testigo mudo, frente a la fachada de la parroquia una fuente ha sido el motivo de numerosas controversias, esto no es un lavadero público, los gitanos vienen a lavar su ropa y ahora en verano la utilizan como piscina sin ningún miramiento.
En su tiempo libre, sus feligreses ocupan su mayor preocupación: Me dedico a escribir porque salgo muy poco y desde aquí atiendo a todas las familias que me necesitan.”

Conformaron aquella junta presidida por Paco Celda, el tío Jaime Portalés como vicepresidente, Manuel Francisco Pradas como secretario, Manolo Furió tesorero y delegado de fiestas, auxiliado en su equipo de festejos por Chus Jiménez y Paquito Peiró.
Los vocales fueron Salvador Edo, Manuel Miguel, Vicente Aparicio, Pepito Riera, Juanvi Morales, Aníbal Jiménez, Pepe Vilaseca, Luisito Pizá, Toni Peris, Paco Burguera, Pepito Sancho, Tomás Peris, José Sanchis, Pepe Eleuterio, Enrique Salazar, Julio Donoso, Toni Mata y Angel Méndez.

El ejercicio tuvo como novedades a destacar, dentro del referido ámbito parroquial, el traslado del local social de la Hermandad del Santo Sepulcro que estaba hasta la fecha, en la calle Padre Luis Navarro, cruce con Justo Vilar al nuevo en la calle José Benlliure 146, muy cerquita de la vivienda de la familia Morales Monsalve. Dicha planta baja de la calle dedicada al primer párroco del Rosario, luego se convirtió durante muchos años en la peluquería de Plácido y creo que actualmente es un café.

Pero me vienen a la mente los buenos ratos pasados en aquella sede del Santo Sepulcro, cuando a Chus Giménez, se le ocurrió realizar una representación viviente de la Pasión en la Plaza de Calabuig, y que por desgracia, nunca llegó a buen puerto. Fue allí donde con el guión en mano cada uno de los futuros actores de la parroquial recitaban sus papeles, y cuando muchos convertidos en discípulos de Jesús ensayaban, el tío Jaime Portalés con su vozarrón fuerte y grave decía: Ninguno de nosotros. Paquito Vicent con su clásica voz exclamaba: Que quieres decir maestro. Y así pasaron varios ensayos dirigidos por un desesperado Chus. Juanvi Morales seguro que se acuerda de ello, y ya le esbozo una sonrisa.
También cambiaron la hora del traslado del Cristo yacente el Sábado Santo a las ocho y media de la tarde y teniendo además un carácter de participación popular. Pero ese año 88 ya se mascaba la vuelta del Grao a nuestras procesiones y desde la Avenida del Puerto cerca de la calle de las Maderas, donde estaba la pequeña iglesia de Jesús Obrero se trasladó el Cristo de la Concordia a la parroquia de San Mauro en la calle Noguera, pasando a denominarse San Mauro-Jesús Obrero, fue un sábado 26 de marzo y en representación junto a Vicente Pérez y Pedro Blanco entre otros, acompañamos y portamos por primera vez el Cristo de la Concordia.
 
Seguimos en 1988 continuo rebobinando y cambiando el tercio como dicen los taurinos, en clave parroquial de nuevo, en mayo de ese año recibo un saluda del bonachón guerrero napoleónico Sr. Celda que decía: “ El Presidente de la Junta Parroquial Saluda a don Francisco Celdrán Martínez, presidente de la Hermandad de Vestas del Buen Acierto y le ruega se sirva aceptar el cargo de SECRETARIO GENERAL dentro del consejo de gobierno de nuestra Junta Parroquial de Semana Santa. A tales efectos le adjunta una relación de cargos, por la que podrá observar los componentes propuestos. Caso de aceptar le ruega se sirva contactarlo a fin de hacerle llegar su conformidad. Y aprovecha la ocasión para testimoniarle su reconocimiento más sincero”.

Por supuesto, que acepté el reto y Paco Celda, acompañado por mí le solicitamos a don Alberto volver a realizar las reuniones en el Teatret de la Casa Abadía y ese año, dejamos los locales sociales y volvimos a hablar de Semana Santa durante todo el año en los muros de la parroquia. Aquel ejercicio a partir de octubre, por tanto HAN PASADO 25 AÑOS, emprendería un nuevo rumbo con la llegada del Rvdo. don Vicente Esteve Belenguer.

Aquella junta 1988-89 presidida por Paco Celda, conmigo de Secretario General, tuvo a el tío Jaime Portalés como vicepresidente, Juanvi Morales como secretario de actas, Manolo Francisco Pradas tesorero, Pepito Riera como contador, y delegado de fiestas fue un año más Manolo Furió, ocupando un joven “Pecholata” es decir Pepe Toni Just la delegación de actividades diversas.

Los vocales fueron Salvador Edo, Manuel Miguel, Enrique Lozano, Luisito Pizá, Toni Peris, Paco Burguera, Pepito Sancho, Tomás Peris, Enrique Salazar, Julio Donoso, Paquito Peiró y Antonio Trilles Tallavaches.

El viernes 17 de junio de ese intenso año 1988 aparecía en LAS PROVINCIAS un especial de la serie BARRIOS dedicado íntegramente al Marítimo desde la pagina 37 a la 52 todas hablaban de nuestro entorno más cercano; y creo modestamente, que la buena acogida que tuvo, fue el germen para que el 20 de agosto de ese mismo año vieran la luz esas entrañables páginas del DIARIO DEL MARITIMO que tanto gustaban a la gente de aquí, por tanto HAN PASADO 25 AÑOS,

Joan Lerma Blasco, president de la Generalitat Valenciana, escribía en la página 39 de aquel curioso especial con sabor a mar:
MI BARRIO
El Marítimo, un barrio que se abre progresivamente a la ciudad y al mar. Tradicionalmente fue un poblado de pescadores y marineros alejados física y socialmente de la capital, residencia de los nobles y burgueses. Este carácter popular y específico lo ha mantenido a lo largo del tiempo, hasta hoy. La historia reciente del barrio es la de su integración en el conjunto urbano de Valencia rompiendo poco a poco las barreras de las distancias y los obstáculos de las vías.
En estos últimos años se han realizado ya grandes cambios que lo han hecho más accesible. Además, las obras del Puerto, el enterramiento de las vías del tren y la conservación del centro histórico del Cabanyal, así como las nuevas avenidas contempladas en el plan general, ayudarán a conseguir este objetivo.
Hoy, además, como otros barrios periféricos de la metrópolis, tiene problemas de integración social en especial en Nazaret y Malvarrosa. Pero nuestro barrio es precisamente uno de los que tiene mayor participación ciudadana y dinamismo social, y va encontrando no sólo los cauces reivindicativos, sino también creadores de una sociedad más moderna y solidaria: asociaciones, colectivos, cooperativas, centros de integración sociolaboral que apoyados por el centro social y la administración nos permiten tener esperanza.
En el barrio del Marítimo he vivido los cambios sociales más importantes de mi generación. Cantidad de recuerdos me vienen a la memoria que son una pequeña historia llena por las conquistas de las libertades, de la democracia y de la identidad de un pueblo.
En mi infancia he perdido el ambiente social y popular valenciano a través de su propia idiosincrasia. Allí me he encontrado siempre como en mi casa: caras conocidas de siempre, familia, amigos, colegio, bares, tiendas. Es el clima más propicio para que uno se sienta y se realice como padre, vecino, amigo. Aspectos entrañables de la vida humana y social que han impregnado mi vida política, que he de agradecer profundamente y que en este momento valoro en mi responsabilidad de gobierno.

Y otro vecino, hoy consagrado geográfo e historiador y profesor de la Universidad de Valencia, que por aquel entonces, ya trabajaba en la misma en el Departamento de Geografía. Yo lo había conocido el año anterior cuando él y su hermano Javi ingresaron en la Hermandad que yo presidía, de la mano de su tía Maribel. Además no hay que olvidar que su abuelo, don José Boira Palacios, fue secretario del Comité Central de Fiestas de Semana Santa, del Distrito del Puerto y certificó en 1929 la constitución de dicho Comité el 28 de noviembre de 1928.

Pero vayamos a lo que escribió su nieto José Vicente, en la pagina 37 de LAS PROVINCIAS, que fue uno de los artículos de la portada del especial que creemos aportó orgullo al ser del Marítimo:
Cabanyal-Canyamelar: Espacio singular
En 1986, se realizó una investigación en el barrio del Cabanyal-Canyamelar destinada a conocer cómo sus habitantes organizaban, estructuraban y valoraban su propio entorno y cómo lo relacionaban con el resto de la ciudad de Valencia. Aplicando diversas técnicas (principalmente la encuesta) intentamos desentrañar la imagen mental que del barrio se han formado sus vecinos. Comentaremos brevemente los principales resultados, aunque circunscribiéndose a aquellos que se refieren exclusivamente al barrio en cuestión. Para un mayor detalle, remitimos al libro publicado en 1987 por el Ayuntamiento de Valencia, en la colección “Valencia, Barrio a Barrio: “El Cabanyal-Canyamelar”.
Con más de 23.000 vecinos, este barrio marítimo es uno de los más originales de Valencia, tanto por la forma octogonal de su plano, como por los diversos estilos arquitectónicos de algunos de sus edificios, predominando el modernismo popular. Socialmente, también es una unidad de fuerte peculiaridad y carácter propio, debido, entre otras razones, a su dinámica histórica (junto a la Malva-rosa fue municipio independiente hasta 1897) y a la conservación de los años sesenta y setenta.
Tomando como punto de partida las bases teóricas de la geografía de la percepción, aproximación que se preocupa por el conocimiento del espacio urbano paralelo al usualmente descrito, pero organizado y estructurado en la mente de los ciudadanos, pudimos ver cómo el Cabanyal-Canyamelar es percibido por sus habitantes como un auténtico barrio, con limites claramente definidos, de tal manera que el 46 % de los encuestados está de acuerdo en señalar el Paseo Colón como frontera sur, el 76% las vías de RENFE como frontera oeste y el 90%, la playa como límite este.
Un grato ambiente humano o
Internamente, el barrio más apreciado es menor en extensión que el administrativo, reduciéndose a la zona tradicional y más cercana a la playa, que se toma como la imagen representativa del Cabanyal-Canyamelar, despareciendo la parte interior, más próxima a las vías del tren y más degradada paisajísticamente.
Por otra parte, los habitantes del barrio valoraron muy positivamente el vecindario, ambiente humano del Cabanyal-Canyamelar, con altas puntuaciones (9 y 10 sobre 10) en un 74%, mientras que el ambiente físico, los edificios y la trama, tan sólo alcanzaba el sobresaliente para un 55% de los encuestados. Ligado a este hecho, un 82% de los mismos elegía como más representativa del barrio, entre varias posibles respuestas, la afirmación de que “es fácil establecer relaciones con los demás”. El Distrito Marítimo alcanzaba una puntuación alta en los conceptos de “relaciones humanas” (1º sobre los 19 distritos de Valencia), “diversión” (2º) y “nivel de vida” (5º), ocupando muy inferiores puestos en conceptos como “seguridad” y “cuidado”.
En resumen, nos hallamos ante un espacio muy homogéneo, tanto urbanística, social como perceptualmente. Un espacio en el que destaca la peculiaridad del entorno arquitectónico-urbanístico, la unidad socio-vecinal, las señas de identidad propias y que se percibe más alejado del centro urbano de lo que realmente está (exageración de distancias con la edad, acorde con la expresión muy común en el Cabanyal-Canyamelar de “anar a Valencia” refiriéndose al desplazamiento al centro urbano).
Un barrio en el que deberían evitarse intervenciones “duras” que alterarían sin duda el marco físico donde hoy en día se da tal vez lo más aproximado a una auténtica vida vecinal que podamos imaginar en una gran ciudad. “


HAN PASADO 25 años, y parece que fue ayer cuando dimos la bienvenida al nuevo párroco en octubre de 1988 con una cena en el GARRI JUNIOR en la calle de Vicente Brull.
Abarrotamos aquel barecito y miembros de todas las Hermandades, Cofradias y Corporaciones dimos la bienvenida al reverendo don Vicente Esteve Belenguer como párroco que sustituyó al Rvdo. don Alberto Villalba Navasquillo, con el que ya había estado de vicario parroquial.

Junto a Paco Celda en su despacho de Panarchus de la calle Escalante preparamos y fotocopiamos de manera rudimientaria estos menus en cartulina.

Enviamos saludas a todas las parroquiales


Carlos Orduña de San Rafael no faltó junto a Santacreu y alli departiamos con el tio Jaume Portalés (q.e.p.d)

Queridos Vicente Esteve, Paco Celda, Mauricio Lluch, Jaime Portales, etc que estáis en el cielo junto a Dios Padre...HAN PASADO 25 AÑOS y lo recuerdo como si fuera ayer.

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