José Ángel Crespo Flor / Cañamelar -
Valencia).- Santa Maria del Mar,
la 'Catedral' del Grao como gustaba decir al obispo Rafal Sanus, lució sus
mejores galas para albergar la
Misa de Acción de Gracias por el 40 aniversario de la
ordenación sacerdotal de su parroco Antonio Diaz Tortajada.
El
lleno de la Iglesia
vino a corroborar lo que ya aventurábamos e intuíamos: el afecto que se le
tiene a Antonio rebasa los limites parroquiales de Santa Maria del Mar para
llegar a todo el Marítimo pues había representantes de Los Angeles, del
Rosario, una representación de las Hermanas de san Pablo y hasta el párroco San
Vicente Ferrer y de la
Buena Guia, Amado Francisco Pau Magaña se dio cita, cuando
terminó sus deberes parroquiales, para felicitar a Antonio (que fue quien lo
presentó a la Comunidad
parroquial de san Vicente cuando tomó posesión y Antonio era el párroco de los
Angeles y el arcipreste de san Pio X), y estar un rato con él en uno de sus
días más emotivos.
La
verdad es que la Misa
salió redonda. No faltó nada incluso se leyó una carta del arzobispo Carlos
Osoro felicitándo a Antonio en el 40 aniversario de su ordenación sacerdotal
¡todo un detallazo!.
La
homilia de Olbier, sacerdote cubano adscrito al Grao, salió de su corazón no de
sus riñoñes -tal y como quería Antonio- y sirvió para que todos nos diesemos
cuenta de la suerte que tenemos los cristianos de tener unos sacerdotes que
siempre están dispuestos a sacrificarse en lo personal para atender las
necesidades de la Comunidad
a la que son designados por el obispo respectivo.
Antonio,
que estuvo en todo momento arropado por su familia, celebró con una replica del
san Cáliz, recuerdo de sus Bodas de Plata sacerdotales y la parroquia quiso
inmortalizar este aniversario regalándole un alba y una casulla, algo que
agradeció Antonio que nada sabía de tales obsequios.
Antonio
en su breve alocución no quiso olvidarse de nadie, ni de sus padres, a los que
les profesa un gran cariño y estima, ni de sus hermanos, ni de sus sobrinos ni,
por supuesto de Mons. Jose María Garcia - Lahiguera que fue quien le ungió las
manos en ese memorable, para el, 9 de junio de 1973, ni de D. Miguel Roca,
Agustín Garcia- Gasco o Carlos Osoro, arzobispos de Valencia con los que, a los
largo de estos 40 años de ministerio sacerdotal, ha trabajado.
Lo dicho, toda una gran fiesta visto lo cual puedo decir que El Grao tiene mucha suerte, como antes lo tuvo El Cabañal y antes las parroquias de Nuestra Señora del Pilar (Valencia) y San Maximiliano Maria Kolbe de Benimaclet de haber conocido a un sacerdote de las capacidades de ANTONIO DIAZ TORTAJADA, un sacerdote ¡CON MAYUSCULAS!.
Lo dicho, toda una gran fiesta visto lo cual puedo decir que El Grao tiene mucha suerte, como antes lo tuvo El Cabañal y antes las parroquias de Nuestra Señora del Pilar (Valencia) y San Maximiliano Maria Kolbe de Benimaclet de haber conocido a un sacerdote de las capacidades de ANTONIO DIAZ TORTAJADA, un sacerdote ¡CON MAYUSCULAS!.
Ahora les dejo con las fotos de Mari Carmen Serra aquí en EOS, pues como suele decir mi amigo Paco Celdrán en este blog, una imagen vale más que mil palabras.
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