CRÓNICA DE LAS JORNADAS
ANTEBELLUM Y DEL TORNEO DE WARHAMMER HISTÓRICO DE ALMERÍA
Por José Vilaseca Haro
Almería
es uno de estos lugares donde el Warhammer Histórico se ha hecho popular, y qué
mejor momento que sus jornadas lúdicas Antebellum para disfrutar, no solo de
este juego de miniaturas, sino de los muchos juegos temáticos y wargames que se
presentan en sus Antebellum, un año más entre marzo y abril.
El
pasado año no pudimos acudir ni al Torneo ni a las propias Jornadas, pero en
esta ocasión nada iba a impedirnos acudir a las mismas. Así que, de nuevo
el valiente Jose, con su abnegada esposa Sara y el pequeño de la familia,
Miguel Ángel, como representantes de la Asociación Lúdica
La Alianza
del León se metieron entre pecho y espalda los casi quinientos kilómetros que
nos separan de tierras almerienses, dispuestos a conocer las tendencias del
hobby, y a intentar revalidar el campeonato de 2011, esta vez con vikingos
irlandeses.
La
jornadas del sábado fue divertida, aunque se notó menos público que en años
pasados; la crisis y los imprevistos, hicieron que el local ofreciera un
aspecto desangelado en algunos momentos, aunque uno siempre veía a alguien
disfrutando de sus wargames favoritos (los “jugones” de los juegos de mesa no
se vieron hasta la tarde del domingo). Se pudo disfrutar del novedoso
Dreadball, juego con claras reminiscencias del Blood Bowl con una dinámica
rápida y agresiva. También escuchamos algunas críticas del afamado X-Wing
(basado en la saga de La Guerra
de las Galaxias y que apenas es jugable salvo con muchos puntos... o, lo que es
lo mismo, con una inversión de dinero muy grande), y vimos algún que otro
temático con buena pinta (Los Pilares de la Tierra, sin ir más lejos, o los casi wargames
Command & Colors o bien Chariot Lords).
Y
el Torneo… pues bien, como siempre. Ya es costumbre solucionar los problemas
con buenas palabras y paciencia, y esta vez no fue una excepción. La lástima,
que fuimos solo 6; es una lástima que un Torneo tan majo y tan bien dotado
acabe como una pachanga de amiguetes.
En
mi caso, tres victorias (dos marginales y una decisiva), que por muy poco no me
sirvieron para llevarme la corona almeriense, que quedó en manos de Victor
Elrudok, con sus lidios, a pesar de la derrota marginal contra un servidor en
la última batalla.
En
cuanto las batallas, la primera volvió a enfrentarme contra los ingleses de los
Cien Años de Luismi. Conseguí alcanzar muy pronto su cañón con mi caballería
ligera irlandesa (¡una gran adquisición!), y aguantar mil disparos de los
arqueros de arco largo hasta conseguir uno de sus flancos, a partir del cual
cayeron como fichas de dominó. Victoria decisiva para un servidor.
En
la segunda partida contra griegos tardíos y sus temibles falanges, en manos de
Juan Relos01. Sus numerosísimos hostigadores no consiguieron ablandar demasiado
ni a mis unidades ligeras ni a mis hirdmen, y alcancé muy pronto los objetivos
a ocupar. A partir de ahí, se sucedieron no menos de seis turnos de combate
salvaje, después de perder muy pronto el muro de escudos (¡los xenagos hicieron
su papel!) y tener que chequear desmoralización casi todos los turnos. Una
arriesgada carga contra la retaguardia griega, control del centro del terreno
de juego y victoria decisiva al zurrón.
La
última partida, contra Víctor. Siempre es un placer jugar contra él, lleve el
ejército que lleve. En esta ocasión, lidios. Pues sea: Un despliegue muy fuerte
en un rincón (¡cobardeee!), y la caballería en el flanco reforzando los carros.
Mis irlandeses huyen al ser disparados por ellos, impidiendo un nuevo acto
heróico (aún así, ralentizan dos turnos a su caballería y sus carros), y
sacrifico la mitad de mis hostigadores y una unidad de hirdmen, que entretienen
durante toda la batalla ese flanco. En el otro costado, la partida de guerra de
Víctor falla el chequeo en el peor momento, pierde el combate… ¡y provoca
pánico en una de sus falanges! Lástima que mis hirdmen no lleguen a combatir
con la falange de su general, que se libra de un capazo de bofetadas, a costa
de sacrificar bárbaros y hoplitas. Victoria marginal (¡casi decisiva!), que me
deja con 43 puntos, por 48 de Víctor (que ha acumulado dos masacres en sus dos
primeras partidas).
Mi
segundo subcampeonato de 2013 (frente a 7 campeonatos desde 2010), y sigo
invicto en 27 partidas de Torneo (tan solo Helios Baca consiguió arañarme un
empate en Valencia 2011). Un viaje tranquilo de vuelta (y largo; a lo tonto se
nos hicieron las 2 y pico de la madrugada…), con parada en Murcia para reponer
fuerzas y poder contaros la aventura.
¡Ojalá
se repita el próximo año!
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