domingo, 14 de abril de 2013

LA COLUMNA DE DIAZ TORTAJADA EN EOS.CARTA A UN COFRADE:SEGUIR A JESUCRISTO ES ACEPTARLO COMO EL VIVIENTE

FOTO MARI VILASECA

Carta a un cofrade
SEGUIR A JESUCRISTO ES ACEPTARLO COMO EL VIVIENTE
Por Antonio DÍAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista



Querido cofrade:
En el evangelio de san Juan cuando el Bautista ve pasar a Jesús le dice a sus dos discípulos: ”He ahí el cordero de Dios” y ambos se van a hacer parte del grupo de Jesús quien les pregunta:”¿qué buscáis?”, ellos le respondieron Rabbí, que quiere decir maestro, ¿dónde vives?, les respondió: venid y lo veréis, fueron y se quedaron con El aquel día”.
Mas adelante Tomás le hace una pregunta:”¿Señor no sabemos a dónde vas como vamos a saber el camino? y Jesús le dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”, en el epílogo del evangelio Jesús le dice a Pedro luego de anunciarle la forma como iba a morir: ”Sígueme”
Cuando Pedro pregunta por la suerte de Juan, Jesús le responde:” Si quiero que se quede hasta que yo venga ¿qué te importa? Tú sígueme.
El seguimiento de todo creyente discípulo implica reconocer al Señor resucitado según la promesa que Él nos ha hecho: "Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Puede ser que esté invisible pero nunca estará ausente basta constatarlo por las apariciones. Las apariciones pascuales de Jesús son para alimentar nuestra fe pero requieren desde la palabra ser interpretadas en sus signos: La pesca, el trabajo como lugar privilegiado de la presencia del Señor Resucitado, y el fracaso, la noche, cuando se hace sólo con esfuerzo humano, el amanecer de todo cuanto hacemos ocurre cuando lo hacemos a nombre del Señor, la presencia permanente de Jesús para decirnos que echemos las redes en su nombre y la abundancia en la obediencia a la palabra del Señor, los peces de los discípulos frente al pescado y el pan que previamente había puesto Jesús para unir nuestro esfuerzo a su don, el número de ciento cincuenta y tres pescados como misión universal de los discípulos, y la red repleta como el poder que el crucificado resucitado le da a la iglesia para mantenerse unida en la diversidad.
Las tres preguntas correspondientes a las tres negaciones, antes de hacer pastor a Pedro, el cargo está vinculado a la respuesta por el amor preferencial a Jesús, nada tiene que ver con el poder sino con el testimonio del amor, y el itinerario de la juventud hacia la cruz y resurrección como madurez del seguimiento y glorificación de Dios, también hacen parte de los signos a interpretar desde la palabra. Seguir a Jesús por el camino que él ha recorrido es el último deseo del evangelio de san Juan.
La narración de las apariciones de Jesús no tiene como fin sólo contar lo que le ocurrió a Jesús sino que los creyentes accedamos a ellas  para hacerlas  propias, por la predicación y la liturgia.
La cuarta aparición de Jesús, en el evangelio de san Juan, es para que cada uno de nosotros como discípulos, creamos que ”Jesús es el Mesías, el hijo de Dios, y para que creyendo tengamos vida eterna” .
El testimonio de la primera lectura, la experiencia mística del Apocalipsis y la alabanza del Salmo completan las alegrías pascuales por las apariciones de Jesús

Cordialmente,

Antonio Díaz Tortajada

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