UN
TABOR SIN TIENDAS
Sacerdote-periodista
¿Cómo
ha cogido de ventaja el indiferentismo no sólo religioso, sino también social,
cultural, profesional o familiar?. El indiferentismo es una forma de
banalización, relativismo, subjetivismo que da un cansancio, un desdén, una
falta de entusiasmo que llevan a vivir solo de lo inmediato, ¡que pereza, ahora
lo hago, no me estreses papi, déjame vivir mami!, son expresiones del lenguaje
diario de los hijos(a) en la relación con sus padres, habiendo otras de mayor
calibre.
La
experiencia ya no tiene que ver con el pasado sino que se ha diluido en las
experiencias o sentimientos inmediatos que en no pocas ocasiones tienen que ver
la angustia, los cansancios, sobresaltos e insomnios. Hoy pueden llegar a ser
más las experiencias negativas que los momentos de gozo o de entusiasmo.
El
desencanto y el sufrimiento han tocado cosas tan delicadas como el sentido de
la vida y la esperanza. Los énfasis de los medios de comunicación en lo light y
el entretenimiento, lo superfluo y lo intrascendente pero también lo violento
se suman y aumentan la incertidumbre que la gente siente ante el presente y el
futuro. El hedonismo y el consumismo son los ejes del posmodernismo. Puede ser
que camino de la belleza, la ecología, las relaciones personales, una voz
que sale de una nube o el silencio, el Espíritu nos induzca a subir a una
montaña para sentirnos más libres de que lo nos sentimos en la llanura.
Si
nos detenemos y miramos con cuidado la experiencia del Tabor, podríamos dar al
mundo de nuestras experiencias la posibilidad de tener otra muy agradable y
bella, llena de imaginación creativa y ternura, llena de perlas, campos con
tesoros escondidos o semillas de mostaza y levadura.
En
el tabor el encuentro transformador de Dios está más en las relaciones humanas
que en la geografía porque se relaciona mejor con el tiempo que con el
espacio., también es cierto que hay encuentros que dan altura como el del
tabor, aunque en definitiva fueron la Palabra
y la oración las que hicieron del
espacio y el tiempo un lugar de gratuidad y un espacio de diálogo y amor,
“Este es mi Hijo, mi escogido, escúchenlo. Cuando cesó la voz, se quedó Jesús
solo” ”...esta voz traída del cielo la oímos nosotros estando con Él en la
montaña sagrada” Así el Tabor se convierte en una experiencia más interna que
de alturas, más de fe que de lugares.
El
Tabor es una “propuesta-respuesta” a superar las carencias, angustias y
limitaciones desde la fe, a pasar del sufrimiento a la alegría, de la
muerte a la vida, de la carencia a la plenitud .El Tabor, sufrimiento y gloria,
fue una experiencia pascual en la que se entregaba la vida para recuperarla, se
moría para dar fruto y se perdía para ganar.
El
tabor ocurre cuando desde la finitud y las ruinas del ego surge el hombre
nuevo, formado por la palabra a imagen y semejanza de Dios. El tabor es una
experiencia de comunidad en medio de la dispersión cuando los hermanos se unen
en torno a la palabra y celebran el amor de Dios en sus vidas sin dejarse
encerrar por la carne, el pecado, “Señor ¡Que hermoso es estar aquí! Si
quieres haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías”.
Toda
experiencia comunitaria de la fe es un bajar de la montaña para poder contar,
después de la muerte y resurrección de Jesús, lo que Dios ha hecho con nosotros
El Tabor se extiende por el testimonio.
Cuando
los discípulos oyeron la luz del cielo “cayeron rostro en tierra llenos de
miedo”, pero Jesús acercándose a ellos les dijo: “levantaos, no tengáis miedo”
Como
Moisés inauguró el Éxodo de Israel de la esclavitud Jesús abrió por su cruz y
resurrección el camino de liberación y salvación universal. La voz del Padre
diciéndoles: “Escúchadle” era una súplica de confianza conocida para
Israel como “Shemá Israel”.
Jesús
no permite hacer tres tiendas porque el proyecto de salvación del Padre no se
limita a privilegiados ya que es un proyecto de transfiguración abierto a toda
la humanidad: “Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que
venga nuestro salvador Jesucristo, quien transformará nuestro cuerpo frágil en
un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para
someter a su domino todas las cosas”.
Cordialmente,
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