Carta a un cofrade
FE ES DAR GRACIAS
Por Antonio Díaz TORTAJADASacerdote-Periodista
Querido cofrade:
Cuando en la pascua san Pablo habla de Jesús se refiere al crucificado-resucitado. Y el evangelista san Juan dice lo mismo con símbolos, milagros y metáforas: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”: La cruz; “Yo soy el pan vivo”: En la multiplicación de los panes; “Yo soy la luz del mundo”: En el ciego de nacimiento; “Yo soy la Resurrección y la Vida”: En la resurrección de Lázaro;, “Yo soy el pan de vida”: La eucaristía”; “Yo soy el buen pastor”, y nos da la Iglesia, pero en cambio a Pablo le había dicho: “Yo soy Jesús a quien tu persigues”.
Si la primera alianza (en el Antiguo Testamento) consideraba un rebaño como signo de riqueza, en la nueva alianza (en el Nuevo Testamento), Jesús considera a sus hermanos como hijos de Dios dignos de la mayor solicitud: “Mirad que amor tan grande nos ha tenido Dios-Padre: Quiso que nos llamáramos hijos suyos, y realmente lo somos…ya somos hijos de Dios pero todavía no se ha manifestado lo que seremos”
“El que sólo trabaja por la paga (o donación) no es pastor porque no da ni expone su vida por las ovejas, ve venir al lobo y huye, abandonando las ovejas; llega el lobo, hace estragos y las dispersa”.
Los profetas tienen palabras muy fuertes para los pastores que se apacientan ellos mismos, cuando deben cuidar las ovejas” (Ez 34,2); pero a pesar de las decepciones con algunos pastores, los creyentes no deben desesperarse o murmurar porque el pastor que es Jesucristo ha demostrado en su muerte y resurrección la fidelidad de su Amor. Por los pastores débiles, ¡debemos orar y tener sentimientos de misericordia!; “Mis ovejas tendrán que pastar lo que vuestros pies han pisoteado y beber lo que vuestros pies han enturbiado”, “Vosotras, ovejas mías, sois el rebaño humano que yo apaciento, y yo soy vuestro Dios” (Ez 34,31).
Querido amigo: Hoy es un día para recordar agradecidamente a todos aquellos pastores que antes o ahora conocen a sus fieles y ellos los reconocen pastoralmente: “Las ovejas me conocen y yo las conozco a ellas”. “El Padre me ama porque yo doy mi vida, y así puedo recobrarla de nuevo. Nadie me quita la vida contra mi voluntad, yo la doy libremente. Tengo poder para darla, y también para recobrarla. Este fue el encargo que recibí de mi Padre”.
Así como el Padre reconoce a Jesucristo dando la vida, Jesucristo reconoce a sus pastores cuando dan la vida a imagen del crucificado-resucitado. Dar la vida pasa por la predicación, los sacramentos, la catequesis; todo cuanto tenga que ver con la gratuidad, el servicio y la solidaridad con ternura. La gratitud con los obispos y presbíteros, religiosas(os) y de éstos con la Iglesia es el mejor salmo histórico de este cuarto domingo de Pascua.
Cordialmente,
Antonio
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