POR JOSÉ VILASECA HARO.-La verdad es que el viaje en sí mereció la pena, primero por la compañía, y luego por las mil anécdotas. La ciudad es digna de ver y la lástima es que solo tuviéramos veinticuatro horas para disfrutarla.
Y lo del tapeo, para qué hablar: lo de Úbeda fue GLORIOSO (igual para vosotros exagero, pero es que lo de Valencia con las tapas clama al cielo muchas veces...).
Las jornadas, como se espera de una quedada entre aficionados y recién llegados, con oferta variada y, lo importante, que "rompan el hielo".
Se agradece el apoyo del Ayuntamiento (los frikis solemos ser los "hermanos pobres" en las Asociaciones de las ciudades grandes). Mucho ambiente, y un buen "efecto llamada". El sitio, pues "marco incomparable", por utilizar la frase hecha: Un gran sitio para celebrar algo histórico.
Los valencianos nos volvimos con un nuevo campeonato en el bolsillo (de la mano de José Vilaseca, que es lo más parecido a la "Amstel": Donde va, triunfa...)
y unas fotografías de la mano de Sara García,
para que puedan disfrutar los aficionados a las miniaturas,
a los viajes...
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