La Hermandad de la Crucifixión del Señor que preside Juanvi Morales ya espera con ilusión la Cuaresma 2012, y mucho más sus costaleros.
Y es que desde ese 22 de febrero de 2012, la Iglesia de Santo Tomás y San Felipe Neri sita en la Plaza de San Vicente Ferrer del casco antiguo de nuestra ciudad acogerá su Paso de Misterio
para realizar estación de Penitencia, primero visitarán la Basílica de la Mare de Deu del desamparats, por donde pasó el Cristo de la Providencia de alboraya a hombros, en enero de este año
Si estuviéramos en Sevilla o en otras semanas santas con ese arraigo, diríamos que la estación de penitencia es el nombre que se da a la procesión que las hermandades pasionistas realizan en Semana Santa por las calles de esas ciudades españolas, siempre y cuando durante su recorrido la cofradía haga visita, de aquí el término estación, al menos a un templo. Caso de no producirse dicha estación, el término procesión de penitencia suele ser el más adecuado. Bien se trate de una u otra, los nazarenos o penitentes acompañan a las imágenes titulares de sus hermandades organizados en dos o incluso tres filas, dependiendo de la hermandad, y el silencio y la oración deben estar presentes desde su comienzo hasta el final.
En sus orígenes, sobre el siglo XVI, las cofradías solían hacer estación de penitencia en un número simbólico de templos, por ejemplo, cinco por las Cinco llagas de Jesucristo o siete por las Siete Palabras de Cristo en la cruz, en los que hacían adoración al Santísimo Sacramento el Jueves Santo y donde solían recoger las limosnas que les ofrecían los fieles que Jueves y Viernes Santo asistían a los Oficios Divinos o llevaban a cabo devociones privadas. En este mismo período, los itinerarios a recorrer por las cofradías no estaban previamente fijados ni pactados entre ellas; lo que daba lugar a frecuentes conflictos a la hora de determinar el derecho de paso de cada una con respecto a otra con la que se hubiera encontrado en un punto dado de su recorrido.
Así pues, y para poner fin a los altercados que en estos casos se producían, ya desde principios del s. XVII las autoridades eclesiásticas empezaron a imponer recorridos y estaciones forzosas a las cofradías. A este respecto, la normativa más conocida y la que históricamente ha dado lugar a las más famosas estaciones de penitencia de la semana santa española, fue la obligada estación a la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Sevilla impuesta a todas las cofradías de penitencia de la ciudad por el cardenal Niño de Guevara en el sínodo diocesano de 1604.
Así que de nuevo desde el Cañamelar se imponen nuevas modas en nuestra Semana Santa Marinera de Valencia, que ahora es de interés turístico nacional, y la Hermandad a la que pertenece nuestra presidenta de la Junta Mayor, Begoña Sorolla, se impone un nuevo reto en el centro de la ciudad el primer fín de semana de Cuaresma, donde el Miguelete y la puerta de los Apostoles de nuestra Catedral serán testigos mudos del sonido de la corneta y el tambor con Vichen y los suyos.
Y al igual que hizo hace unos años la Real Cofradia de Jesús en la Columna, gracias a los desvelos de su relaciones públicas, Vicente Molina de la Flor. Los cofrades del Cañamelar rezarán ante la Mare de Deu dels Desamparats.
Juanvi Morales conseguirá otro de sus sueños, y es que cada apuesta semanasantera que emprende, la lleva a término.Y será feliz viendo como el Paso de Misterio de la Crucifixión entra en la Catedral de Valencia para realizar su anhelada ESTACIÓN DE PENITENCIA.
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