(Desde El Cañamelar José Angel Crespo, texto y fotos).- El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro estuvo presente en la fiesta que la parroquia Santa María del Mar del barrio valenciano de El Grao realizó en honor a Santa María de la Caridad del Cobre en el día en que toda la Iglesia celebra La fiesta de La Natividad de La Virgen María.
La presencia del prelado, en la plaza Tribunal de las Aguas que era donde tenía lugar la fiesta post- Eucaristía
fue celebrada con una gran ovación por los más de 300 cubanos que llenaban la plaza y que antes habían participado de la Eucaristía que, presidida por el sacerdote cubano Olbier Antonio Hernández Carbonell contó con la presencia de otros siete sacerdotes lo que, sin duda alguna, hizo más solemne la Eucaristía.
Entre los que concelebraron hay que destacar la presencia de Antonio Díaz Tortajada, párroco de Santa María del Mar que cedió todo el protagonismo a su vicario, el sacerdote cubano Olbier Antonio Henández Carbonell que decidió que el predicador fuese otro sacerdote cubano, Eduardo, en labores pastorales en Javier (Navarra).
Ya en el estrado D. Carlos leyó la plegaria a la Virgen de la Caridad del Cobre con la que el papa Juan Pablo II, beato desde este mes de mayo, la coronó en enero de 1998 con motivo de su visita pastoral a la Isla y bendijo al pueblo cubano con la Virgen de la Caridad del Cobre que había presidido la Solemne Eucaristía en la que fueron bautizados cinc nuevos cristianos., todos ellos cubanos.
ORACIÓN DEL PAPA JUAN PABLO II AL CORONAR LA VIRGEN
NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE
El 24 de enero, de 1998
NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE
El 24 de enero, de 1998
¡Virgen de la Caridad del Cobre.
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo. nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.
Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad enviado en Pentecostés
sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo. nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.
Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad enviado en Pentecostés
sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.
¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre Y Señora de Cuba,
a lo Largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.
Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente Y en el corazón de todos los cubanos,
dentro fuera de la Patria,
como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre Y Señora de Cuba,
a lo Largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.
Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente Y en el corazón de todos los cubanos,
dentro fuera de la Patria,
como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.
¡Santa María. Madre de Dios Y Madre nuestra!
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.
Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,
aumenta Y fortalece en nosotros el amor
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.
Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!
Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.
Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,
aumenta Y fortalece en nosotros el amor
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.
Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!
Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.
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