
FCM.-Decíamos ayer en estos RECUERDOS SEMANASANTEROS, que Paco Celda presidía la parroquial del Canyamelar. El carácter de Celda se notó en la misma y en su deseo de darle a la fiesta un verdadero carácter de HERMANDAD, se impulsó la participación de todas y cada una de sus Hermandades, Cofradías y Corporaciones, en representación, en cada uno de los desfiles procesionales que se realizaran en el ámbito de la feligresía, acompañando en sus salidas de presentación a los titulares de cada día.
A su vez, quiso asumir el proyecto, y quedó en una previsión difícil de llevar a cabo, a imagen y semejanza de lo realizado en el Cabañal, para en la tarde del Jueves Santo, con anterioridad al acto colectivo de visita a los Santos Monumentos, realizar una VISITA COLECTIVA a todos los Cristos que participan en la Semana Santa Marinera tanto de nuestra feligresía como de las demás parroquias hermanas.

Aquel año tanto la Hermandad del Santo Sepulcro como la Parroquial tuvo un emocionado recuerdo para un entusiasta semanasantero del Cañamelar, don Rafael Company Belda, fundador y presidente que lo fue de dicha Hermandad, y como decía el escrito de la misma en el libro oficial de la Junta Mayor: “…ha perdido en este ejercicio, a la persona que más ha luchado por ella a lo largo de muchos años, siendo el alma de la misma y por quien estamos en deuda todos los miembros de esta Hermandad, que en este momento procesionamos por las calles de nuestro distrito; para la Hermandad ha fallecido su Presidente Honorífico, pero para muchos de nosotros hemos perdido a nuestro segundo padre…”
Pero 1988 además de “Rafaelet”, recogía la necrológica de otro gran amante de la Semana Santa y del Cañamelar don Antonio Cabrera Olivares, destacado componente de la Junta Mayor, y devoto como yo del Stmo. Cristo del Buen Acierto, muchos carteles de antaño llevan su firma, aunque sea de una forma interesada me quedo con el de 1957, con un vesta de mi Hermandad portando nuestra imagen titular, con un bello mar de fondo, y un compañero vesta de la cofradía hermana de los Afligidos con un lamento en su mano. Y para glosar a este personaje entre los muchos artículos que hablan de él, considero oportuno reproducir el que su hijo, el ilustre letrado y compañero don Antonio Cabrera Gasset publicó en 1997 en PAPERS DEL CANYAMELAR, esa interesante publicación, de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos, que gracias a la esforzada y tenaz labor de José Angel Crespo Flor vio la luz durante bastantes números.

“ANTONIO CABRERA OLIVARES
Un soneto me manda hacer Violante….
Un artículo me manda hacer José Angel…
¿Quién era Antonio Cabrera Olivares?. De entrada digo, mi padre, y desde hace diez años puedo añadir “qui est in coeli”.

Otros dirán, fue mi vecino en la calle del Progreso, en la Plaza de la Cruz del Canyamelar, o en la calle de la Reina, o fue mi profesor de inglés, o de alemán, o de dibujo, o me hacía traducciones juradas del sueco para cobrar mi pensión, o nos hacia los carteles de Semana Santa, o simplemente dirían fue amigo mio, siempre que me cruzaba con él me saludaba, tenia unas palabras amables, sosegadas y de buena disposición.
Su hermano Rafael dice que era un chico buenísimo, afable y bondadoso, nunca le oímos decir una palabra malsonante, de queja o de crítica.

Si quien hablara fuera un cofrade de la Hermandad del Santísimo Cristo del Buen Acierto, diría que Antonio era de esa Hermandad de Vestas, que él y su esposa (Inés, mi madre, qui est in coeli) eran fervorosos acompañantes de esa advocación de Cristo, titular de la Hermandad.


Y qué decir si hablaran nuestros reverendos José Panach o Mauricio Lluch, Canyameler d´Honor este último de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos, qui sunt in coeli, pues, sencillamente como amigos de siempre, le dirían ¡Tonico!. Ja has fet el cartell?.

¿El cartell?. Sí, el cartel. El de la Semana Santa y Marinera. Esto era la culminación de todo un proceso de creación, de combinación de ideas propias y de sugerencias y motivaciones del siempre insigne Prior de la Junta, arcipreste D.Vicente Gallart, “nostre Pare Vicent Gallart” qui est in coeli.
Recuerdo que todo se iniciaba con una sencilla y grata reunión espontánea entre el Pare Vicent y mi padre D. Vicente solía sugerir un motivo de actualidad para el cartel, por ejemplo una conmemoración del Vaticano, un pelicano representativo de la Eucaristía, etc. En algún caso no había una consigna concreta, pero casi nunca faltaba aquello de “¡possa una o dos barquetes en la mar!, pero eso sí desde 1956 había que calificar a la Semana Santa de Marinera. Desaparecido D.Vicente, en
Desde luego no pocos fueron los problemas para mi padre aunque era un reto que admitía con dócil esfuerzo –combinar técnicas de realización e imprenta con los de composición sugerida. Era una obra de orfebrería de doble cincel, el de D.Vicente y el de mi padre, quienes al mismo tiempo escribían una sola partitura y la interpretaban a cuatro manos.

Y, para terminar, que diría yo, su hijo. Sencillamente que me gustaría salir de casa de la mano de mi padre escuchándole uno de aquellos cuentos con moraleja, porque su forma de educarnos, a mi hermano Paco y a mí, fue muy peculiar, no decía “haz” o “no hagas”, más bien enseñaba con el ejemplo propio y con el relato del ejemplo ajeno: Erase una vez un muchacho que…
Cuánto puede contar un hijo, ¿verdad?. Tú también.
No me resisto a transcribir las líneas escritas que dejó mi madre sobre mi padre, entre ellas: “…las buenas obras que ha hecho durante su vida, y estuvo rezando por todos nosotros”.
“Los 53 años que hemos pasado juntos se nos han hecho muy cortos”.
“Como buena cristiana que soy me resigno y rezaré por él toda la vida que Dios me dé.”
Cuánto puede contar un hijo, ¿verdad?. Tú también. “

Impresionante, ¡verdad!. Que pluma más fácil y que bien ha sabido cumplir el cuarto mandamiento, ese insigne letrado que es Antonio Cabrera Gasset. Con respeto y admiración recibe mi más sincera felicitación compañero colegiado nº 2425, de otro más bisoño el nº 6011. Como anécdota contaré que mi número de colegiado del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia, también tiene sabor a Mar pues el código postal de los que moramos en los Poblados Marítimos, el antiguo distrito once, es 46011. Y si eliminamos ese primer digito, nos da mi número de colegiado.
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