jueves, 2 de diciembre de 2010

LAS FOTOS DE EOS:VIERNES DE DOLOR 2010 EN EL CABAÑAL.SEGUIMOS VIVIENDO EL ADVIENTO

FOTOS PACO CELDRÁN
En el afán de EOS de mantener la llama semanasantera viva todo el año hoy publicamos unas instantáneas captadas en el Cabañal el VIERNES DE DOLOR DE 2010 y las acompañamos con referencias al ADVIENTO que estamos viviendo.
Un profeta, un camino, y una exhortación a la escucha…El Adviento de 2010 es un tiempo de esperanza en el Señor y de animación expectante ante el nuevo curso pastoral en el que vamos a iniciar el “Itinerario de renovación” al que ha sido convocada toda la Iglesia en Valencia. El profeta nos invita a atender a la llamada y abrirnos a ella desde una actitud de escucha confiada y acogedora.
“¡Ojalá escuchéis hoy su voz!”(Sal 95, 7)

En su reciente viaje a Santiago de Compostela el Papa Benedicto XVI nos ha dicho: “En lo más íntimo de su ser, el hombre está siempre en camino, está en busca de la verdad. La Iglesia participa de ese anhelo profundo del ser humano y ella misma se pone en camino, acompañando al hombre que ansía la plenitud de su propio ser".

Al mismo tiempo, la Iglesia lleva a cabo su propio camino interior, aquél que la conduce a través de la fe, la esperanza y el amor, a hacerse transparencia de Cristo para el mundo.

Ésta es su misión y éste es su camino: ser cada vez más, en medio de los hombres, presencia de Cristo, “a quien Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santifi cación y redención” (1 Co 1,30).
Por eso, también yo me he puesto en camino para confirmar en la fe a mis hermanos (cf. Lc 22, 32).”
“¡Ojalá escuchéis hoy su voz!”(Sal 95, 7). Este texto nos muestra alguna de las actitudes propias del tiempo de Adviento y Navidad y que nos pueden servir para iniciar el Itinerario.El Adviento es llamado muchas veces, tiempo de esperanza. “Ojalá”, es una exclamación llena de esperanza.

También es un deseo de “encontrarnos preparados” para recibir al Señor. No es un simple deseo, es una firme esperanza. El Adviento es, también, un tiempo de escucha. La “voz que grita en el desierto” no es otra sino la voz de Dios mismo, que nos llama a encontrarnos con Él para enviarnos a predicar.
Pero sobre todo, este versículo del salmo 94 es una llamada a la oración constante. “Hoy” también nos sigue hablando Dios a nosotros y al mundo entero. El ser humano tiene deseo de “oír la voz de Dios” no porque no lo haya oído antes, sino porque hoy también tiene Dios algo que decirnos.
También, este salmo, nos muestra uno de los objetivos del Itinerario Diocesano de Renovación: “Potenciar la misión de nuestra Iglesia y de todos sus miembros en el mundo de hoy. Este Itinerario prioriza el servicio de la caridad y el anuncio misionero del Evangelio en la comunidad cristiana y en la sociedad actual.” (IDR, pág. 25)
La Navidad es la culminación de este deseo, de esta esperanza. Navidad es la oportunidad que Dios da al hombre de escuchar su Palabra directamente.

Y esa Voz, esa Palabra que suena, es la de un niño que llora, que balbucea.

Una voz que nos muestra el verdadero rostro de Dios: pobre, pequeño, necesitado.

El “hoy” del salmo nos habla, también, del Misterio de la Encarnación, de la continua voluntad de Dios de “hacerse hombre” y de los hombres; nos habla de la voluntad de Dios de hacerse presente, de hacer resonar su Voz en las vidas concretas de los hombres y mujeres.

El “hoy” supone un desafío para nosotros: anunciar y vivir el Evangelio que hemos recibido, el misterio del amor de Dios, en el hoy concreto en el que vivimos.
No podemos evangelizar un mundo irreal, que no conocemos.

La Palabra de Dios ha de resonar en el oído y en el corazón del hombre de hoy,
con sus dificultades para creer, con sus limitaciones y con sus crisis y también con sus logros y sus éxitos.

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