ORACION ANTE LA LUZ DE LA PAZ DE BELENPor Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote-Periodista
Señor:
En estos días,
todos ponemos nuestra atención
en aquello que ocurrió en un sencillo portal
hace ya más de 2000 años y que cambió para siempre
el rumbo de la historia:
El nacimiento de Jesús, el hijo de Dios.
Desde entonces hasta hoy,
los hombres, no hemos dejado de buscar en Jesús
un modelo que nos ayudase
a lograr la paz y la felicidad
que todos queremos y necesitamos.
Esto es lo que celebramos hoy:
desde los tiempos de Jesús hasta el presente
la humanidad ha tratado de buscar siempre
la misma paz.
Una paz que llevemos nosotros dentro
y que podamos transmitirle
a todos los que nos rodean, nuestro prójimo.
Nosotros como discípulos de aquel que dijo:
Yo soy la luz del mundo,
quien me sigue no andará en tinieblas.
y que vivimos en un mundo
que necesita cambiar muchas cosas,
creemos que es nuestro deber
hacer cuanto de nosotros dependa para que esto suceda.
El mundo y la humanidad van mejorando poco a poco,
pero todavía son demasiadas
las amarguras e inhumanidades
que marcan el caminar humano.
¡No queremos olvidarnos de todo eso!
Pero nosotros, los que creemos en tu hijo Jesús,
en medio de este mundo que nos duele
en todo lo que tiene de maldad y oscuridad,
hoy proclamamos
que la luz de la alegría de Dios
se ha encendido en esta noche de nuestros desencantos.
Por eso,
con este niño de Belén y desde este niño de Belén,
con Jesús y desde Jesús,
seguiremos trabajando por hacer más humana la tierra
y más fraternas a las personas.
¡Sin caer en la superficialidad,
sigamos buscando la luz y la fuerza del Dios-con-nosotros
para mejorar nuestra tierra que es también,
desde la primera Navidad, la tierra de Dios!.
No podemos quedarnos con los brazos cruzados.
Nuestra pertenencia a la vida de la Iglesia
que tiene entre sus proyectos hacer de este mundo
un lugar mejor para vivir,
necesita que juguemos un papel activo
en nuestra sociedad.
Por eso queremos encender nuestro cirio
de este cirio con la luz de la paz de Belén,
un signo sencillo pero emocionante:
la luz de la Paz de Belén,
recogida por un niño de Austria
en la gruta que vio nacer a Jesús, luz del mundo,
traída desde allí y compartida con otros muchos países
para celebrar un sueño común con todos: La paz.
Belén, desde entonces, no está aquí o allí.
Belén no está en nuestros templos
o en los nacimientos de nuestras casas.
Belén está, si queremos, dentro de nosotros.
Belén está dentro de nosotros
siempre que trabajamos por los demás con desinterés...
siempre que nos esforzamos por una sociedad más justa y fraterna.
Belén está dentro de nosotros
cuando compartimos con el necesitado...
cuando alegramos a los tristes y a los que sufren...
cuando somos luz que alumbra la vida de los demás
Belén está dentro de nosotros
cuando damos amistad y compañía al que está solo...
cuando encendemos la sonrisa en el rostro triste de los demás...
Éste es el secreto:
cuando encendemos la Luz de la Alegría de Dios
en el corazón triste de las personas...
¡entonces es Navidad para nosotros y para todos!!
Sembremos la luz de Belén en nuestros corazones
para que germine
e inunde todos los corazones
de todas las personas del mundo.
Amén. Amén



No hay comentarios:
Publicar un comentario