(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor, texto y fotos).- El sacerdote cubano, adscrito a Santa María del Mar, Olbier Antonio Hernández Carbonell, se encuentra de nuevo en Valencia, en El Cañamelar -pues es donde vive- y en Santa María del Mar (parroquia del arciprestazgo san Pío X) , que es donde ejerce su ministerio sacerdotal. Con su llegada se acallan malentincionados comentarios y rumores aunque no es menos cierto que le ha costado mucho salir de Cuba, su lugar de origen. Ahora, como antes, a trabajar de firme, codo con codo, con su párroco, el sacerdote, poeta y periodista Antonio Diaz Tortajada pues ambos tienen por delante un año muy intenso con ese 600 aniversario de la llegada del Cristo del Grao.
Antonio y Olbier, Olbier y Antonio, tienen la responsabilidad de hacer que en toda Valencia la parroquia Santa María del Mar suene en este próximo 2011. Razones para ello no le faltan y desde luego, capacidad intelectual a ambos sacerdotes, para conseguirlo, tampoco. Los dos están muy bien formados tanto teológica como intelectualmente y entre los dos, estoy seguro, sabrán cómo acometer este 2011 en el que tantas ilusiones todos, sacerdotes y feligreses, se han puesto.
Antonio tiene la veteranía sacerdotal que le falta a Olbier pero Olbier tiene el empuje de la juventud tan necesario en una comunidad que, como Santa María del Mar, quiere estar con los tiempos que corren. Los dos son necesarios y nadie imprescindible y los dos buscan lo mismo: llevar la Palabra de Dios a los más alejados, a los que no son habituales y hacer de la Misa el centro de la vida de la Comunidad de santa María del Mar. Olbier, por si alguien no lo tenía claro, tenía que regresar para continuar aquí, en Valencia, en el CEU, sus estudios, para formarse más y mejor con vista a su futuro, para trabajar como sacerdote en Santa María del Mar y para ayudar, con su presencia física, a que Santa María del Mar ocupe el lugar que se merece como gran parroquia que siempre, por historia y tradición, ha sido.¡Olbier, bienvenido a casa!. ¡Bienvenido, de nuevo a Santa María del Mar!. ¡Bienvenido al arciprestazgo San Pio X!.
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