

Por Antonio DÍAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista
Hoy la religiosidad de todo el pueblo marinero del Grao de Valencia se concentra en la capilla de la Eucaristía donde se conserva una impresionante talla de un Cristo crucificado.
En esta capilla se encuentra una inscripción que puede sintetizar toda la historia espiritual de este pueblo: “Sembrant fe, pietat i pau a nostra platja arribares, al teus fills no desampares Santissim Cristo del Grau”, cuyas fiestas celebra el día tres de mayo.
La devoción a la imagen del Cristo del Grao, “el Negret” se enraíza a finales de la Edad Media. En un clima de exacerbación religiosa, los sufrimientos de Cristo, sus heridas, su sangre, serán motivo constante de meditación para místicos y teólogos.
Es el día 15 de agosto del año 1411, según una tradición oral que llega hasta nuestros días, cuando llegaba a la playa del Grao esta imagen tan venerada desde entonces.
El año próximo de 2011 celebraremos el VI Centenario de este acontecimiento. ¿Cuándo se debe comenzar el VI Centenario? ¿No deberíamos volver a la fecha original?
La celebración del VI Centenario de la llegada de la imagen de Cristo a nuestra Parroquia de Santa María del Mar debe ser un grupo de eventos destinados a conmemorar el acontecimiento y subrayar la importancia de este hecho en la historia de nuestra Iglesia particular, con una proyección cara al futuro. En definitiva debe ser un tiempo de Gracia. Dios pasa por nuestra historia a través de diversas mediaciones.
La celebración debe suponer abrir un abanico para irradiar desde allí una serie de actividades a lo largo de todo un año (365 días). Mirando el pasado, vivir el presente creando semillas de futuro.
EL VI Centenario debería comenzar con una Asamblea General de todos los miembros de la Hermandad del Cristo, (¿Se ha realizado alguna vez una Asamblea General? Así se activarían los Estatutos) donde se anunciase a forma pregón el acontecimiento a celebrar con un concierto sacro incluido, huyendo siempre de figuras agostadas por el quehacer de sus labores, sino más bien que arrastren los corazones.
Anunciado el comienzo del VI Centenario, antes de la apertura del mismo, las avenidas y calles de la Parroquia, deberían estar cubiertas de banderolas con una leyenda que se leyese: “El Grao con Cristo. 1411-2010”. Junto a las banderolas carteles de gran tamaño con la imagen del Cristo y con la misma leyenda deberían estar en todos los escaparates de la zona y más allá de nuestras fronteras parroquiales.
Junto a una difusión masiva de cartelería, dípticos con una programación detallada por días y meses de los diversos actos, tanto de alto nivel intelectual, como exposiciones concretas y actos litúrgicos a celebrar.
El comienzo del Centenario debería consistir en una importante conferencia-concierto sacro. Y al día siguiente solemne entrada de la imagen en el templo con su respectiva concelebración eucarística.
A lo largo de los días del Centenario programar una serie de conferencias teológicas y culturales. A nivel teológico: “Cristo, centro y plenitud del tiempo y la historia”, “La catequesis como anuncio de la persona de Cristo”, “Jesucristo en la comprensión de los cristianos de hoy”, “Actualidad y significado de la salvación en Jesucristo”, “La predicación cristológica de san Vicente Ferrer”.
A nivel cultural-histórico: “Significado de la Sabana Santa”, “Jesucristo en la poesía contemporánea”, “Significado histórico del Santo Grial”, “Valoración de la persona de Jesucristo en el cine”, “La figura de Cristo en nuestros museos”.
Junto a estas realidades teológicas y culturales, mantener dos exposiciones, la primera sobre “Valencia y el Grao en 1411”; otra, sobre “Bibliografía cristológica”. Y realizar una edición popular sobre un compendio de sermones de San Vicente Ferrer en los que desarrolla sus planteamientos cristológicos, para divulgar su doctrina, sobre Cristo. Además recopilar todo lo que se ha escrito a lo largo de estos seiscientos años sobre el Santísimo Cristo del Grao, en libros, folletos o programas festivos.
No debería faltar la peregrinación con la imagen a las catedrales de Lleida y a la de Ibiza, lugares de origen y estancia de la bendita imagen. Allí tendría efecto su celebración correspondiente como su manifestación pública de fe.
Y para que tuviese una proyección este Centenario se debería convocar un concurso periodístico nacional cuya temática fuese: Historicidad y leyenda sobre la imagen del Cristo del Grao
A estas actividades no debe faltar la potencialización de todas las fiestas cristológicas que la Sagrada Liturgia nos propone a lo largo del año. Sumándole a estas fiestas la celebración semanal del viernes –a las 12 del mediodía Eucaristía-- como día dedicado a rezar y profundizar en el misterio de Cristo.
Finalmente, además de que quedase constancia con alguna placa cerámica la fecha, nuestros corazones deberían traducir nuestro amor al Cristo, con nuestra aportación económica para restaurar la campana del “Santísimo Cristo” cuyo año de fundición fue 1940, y que tenemos que restaurar por necesidad, junto a otras campanas como San José o Santa María.
Y todo esto, junto con la gracia –que pedimos constantemente a Dios nuestro Padre—de que se nos concediese la Bula de un Año Jubilar por parte de la Penitenciaria Apostólica, revitalizaría la Comunidad Parroquial y otras comunidades parroquiales de la diócesis como unos “ejercicios espirituales” desarrollados a lo largo de 365 días.
Todo esto, no es más que un sueño. Tarea y proyecto. Deseo y trabajo. Dinero y tajo.
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