miércoles, 19 de mayo de 2010

LA COLUMNA DE DIAZ TORTAJADA EN EOS:"LA VIDA DE LOS JUSTOS ESTÁ EN MANOS DE DIOS..."


CARTA A JOSÉ LAGUNA Y MARÍA JOSÉ LLEONART
(En la muerte de su hija Mandi)


Por Antonio DÍAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista

Queridos amigos:

Recibid y abrazo más cariñoso y sincero
en estos momentos que vivís el dolor
por la muerte de vuestra hija Mandi.
No hay palabras para colmar el dolor.
Leo en el poeta libanés Khalil Gibrán
este poema que os ofrezco:
“Una mujer que llevaba un niño abrazado contra su pecho dijo:
Háblanos de los niños.
Y el Profeta dijo:
Vuestros niños no son vuestros niños.
Vienen a través de vosotros, pero no son vuestros.
Y por más que estén con vosotros, no son del todo vuestros.
Vosotros sois los arcos con los que los niños son lanzados
como flechas vivientes.
El Arquero ve el rastro sobre el camino del infinito
y os dobla con su fuerza
para que sus flechas vayan rápidas y lejos.
Dejaos doblegar gozosamente por la mano del Arquero.
Porque Él ama tanto el arco estable como la flecha que vuela"
Estas hermosas palabras
se os ha hecho dura realidad para vosotros dos,
los padres de Mandi.
La muerte, sorpresivamente, os ha arrebatado a Mandi.
El misterio se ha hecho presente.
Vuestros niños no son vuestros niños.
Vienen a través de vosotros, pero no son vuestros.
Y por más que estén con vosotros no son del todo vuestros.
Y esto es lo que cuesta de entender en estos momentos de dolor.
Y Dios nos quiere mostrar y hacer entender este misterio:
“La vida de los justos está en manos de Dios.
Dios les dará una felicidad inmensa,
porque los ha puesto a prueba
y ha visto que eran dignos de El.
Ellos están en paz".
Están en buenas manos.
Dios estira fuerte.
Nos cuesta dejarnos doblegar por El.
Nos resistimos.
Necesitamos que Jesucristo, su Hijo,
que también vivirá el drama de la muerte,
nos diga insistentemente:
"Cargad con mi yugo y aprended de mi,
que soy manso y humilde de corazón,
y encontraréis vuestro descanso".
Mandi, vuestra hija,
reposa en su paz.
Tensada por Dios, ha volado hacia El.
Ha vuelto hacia el que la había creado.
A Dios le ha agradado su rostro
y le ha hecho volar camino del infinito.
Deberíamos tener ahora esta certeza:
Mandi se encuentra en buenas manos.
Su inocencia ha resuelto el misterio
y ha entrado en él por la puerta grande.
Y nosotros, que hemos quedado aquí,
tenemos que repetir con serenidad
las mismas palabras de Cristo:
“Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos,
y se las has revelado a la gente sencilla.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor".
Porque Dios ama tanto al arco estable
como a la flecha que vuela.
Dios nos ha puesto en este mundo para que seamos felices.
Miremos siempre el lado bueno de las cosas y no el malo.
Pero el verdadero modo de conseguir la felicidad
es haciendo felices a los demás.
Mirad de dejar el mundo en unas condiciones mejores
que las que había cuando entrasteis en él.
De esta manera, cuando os llegue la hora de morir,
podréis hacerlo felices
porque al menos no habréis perdido el tiempo
y habréis hecho todo lo que estaba de vuestra parte
para hacer el bien.
La niña cuya pérdida lloramos lo ha conseguido:
Nos ha hecho felices.
Pero seguro que también quiere que sigamos felices.
Es doloroso el momento de la despedida,
pero lo tenemos que superar.
Sobre todo, vosotros, los padres.
En vuestra vida tendrá su huella,
pero él quiere que la felicidad vuelva a vuestro hogar.
No os encerréis en la añoranza.
Volved a vivir con alegría vuestra tarea de cada día.
Ella estará contenta,
porque ella velará por nosotros,
y nosotros rezaremos, hablando a Dios de ella.
Hasta el día en que Dios nos llame a todos
a formar parte de su única familia.
Rezo a Dios por vosotros.
Y Mando lo haga también.


Un abrazo de vuestro amigo,
Antonio

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