sábado, 10 de octubre de 2009

LA COLUMNA DE DIAZ TORTAJADA EN EOS: ORACIÓN A SAN RAFAEL ARNAIZ

Rafael Arnáiz Barón nació el 9 de abril de 1911 en Burgos, donde también fue bautizado y confirmado. Recibió esmeradísima educación religiosa y cultural y se mostró socio activo del Apostolado de la Oración, de la Adoración Nocturna y de la Congregación de María Inmaculada.
Alumno de la Escuela Superior de Arquitectura en Madrid durante el predominio marxista, no se contaminó su espíritu selecto con el ambiente irreligioso y, siguiendo fielmente el llamamiento divino, abandonó su hogar lleno de comodidades y goces, así como su brillante porvenir, para servir a Dios en la vida contemplativa y penitente de la Trapa de San Isidro de Dueñas (Palencia), donde ingresó el 16 de enero de 1934.
El Señor quiso acrisolar sus virtudes religiosas y le envió una grave enfermedad de diabetes, que le obligó a salir de Trapa en tres ocasiones, volviendo a ingresar en ella de nuevo hasta por cuarta vez, a pesar de la inmolación heroica que suponían tales reingresos, debido a su estado enfermizo. Allí, en la oscuridad del claustro, se ofreció a Dios en entrega total y absoluta; en ocultamiento y en soledad.
Después de su heroica muerte, ocurrida en su monasterio el 26 de abril de 1938, sus ejemplos, virtudes y escritos, saturados de unción sobrenatural, vienen haciendo un apostolado fecundísimo en las almas. Movida la Iglesia de Palencia por la notoria fama de santidad y prodigios del Siervo de Dios, instauró su Proceso de Beatificación que con gran éxitofue clausurado el 30 de abril de 1967. Actualmente se tramita en Roma. Sus restos mortales descansan en la iglesia abacial de la Trapa de San Isidro.
El Hermano María Rafael fue proclamado por el Papa Juan Pablo II como modelo para todos los jóvenes del mundo y, el 27 de septiembre de 1992, fue declarado Beato por el mismo Papa. Su fiesta se celebra el 26 de abril. El Hermano Rafael sera canonizado el proximo domingo 11 de octubre en el Vaticano.
Es modelo de juventud. Un gran mistico del siglo XX.
ORACIÓN A SAN RAFAEL ARNÁIZ

Por Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote-periodista

San Rafael Arnáiz:
Contigo queremos dar gracias
a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo,
porque la santidad de la Trinidad no fue estéril en tu vida.
Tu fuiste un maestro de la adoración en pleno siglo XX.
San Rafael Arnáiz:
Queremos que tu seas guía para nuestros jovenes:
para que nos ayudes a saber adorar en espíritu y en verdad.
Queremos poner en tus manos
a todos los jóvenes del mundo.
Hermano Rafael
Tu fuiste a la vez, un gran místico
y un joven de nuestro tiempo.
Por ello
queremos tenerte como intercesor o como puente
entre Aquel que dijo:
Yo soy el camino, la verdad y la vida,
y los jóvenes de nuestro tiempo.
Que no permitas
que se dejen llevar por ideologías mezquinas.
Que descubran que lo más importante
no es ser más, tener más, o poder más,
sino servir más a los demás.
Que les enséñes la verdad que libera,
que rompe las cadenas de la injusticia,
que hace hombres y forja santos.
Hermano Rafael:
Tu fuiste un místico de cuerpo entero.
Fuiste capaz de hacer de tu vida
un gran vuelo de adoración.
Muéstra a los jóvenes de nuestro tiempo a Jesucristo,
para que también ellos le conozcan y le amen.
Hazlos constructores de la nueva civilización del amor
y testigos de la esperanza para todo el mundo.
Pon en cada uno de ellos,
un corazón universal
que hable el mismo idioma,
que no vea el color de la piel,
sino el amor que hay dentro de cada uno,
un corazón que a cada hombre le llame hermano,
y que crea en la ciudad que no conoce las fronteras.
Tu eres el gran místico de nuestro tiempo.
Da a los jóvenes de nuestro mundo
un corazón generoso y disponible,
para que sepan embarcarse
en la búsqueda sincera de su propia vocación
y puedan responder a la llamada particular de Jesucristo
de una manera generosa.
Hermano Rafael:
No tuviste miedo de que tu consagración a Jesucristo
fuera demasiado.
No temiste perderte,
ni guardarte nada para ti mismo.
Al contrario:
Tomaste al pie de la letra aquello de Jesús:
“El que pierde su vida por mi causa, la ganará”
Ayúda a los jóvenes,
a descubrir y creer que este mundo,
marcado por la injusticia, los conflictos y el vacío,
puede renacer solamente pasando a través
del encuentro con Jesucristo,
y que ellos pueden y deben ser los artífices
de esta nueva historia.
San Rafael Arnáiz:
Tu supiste y lo viviste
que adorar es ganar de verdad la vida
permitiendo que toda ella se consumara,
quemada por el fuego del Amor.
Eso es lo que hiciste,
siguiendo las huellas
de los grandes maestros de la mística:
de san Ignacio de Loyola,
de san Juan de la Cruz o santa Teresa de Jesús.
Haz que nuestros jóvenes nunca se olviden de Dios.
Que los que están al borde del camino,
de la cultura de la muerte
e inmersos en el mundo
de la injusticia, de las rupturas y del egoísmo,
sientan tu mano tendida
y la mano de la Iglesia
que peregrina camino a la casa del Padre.
Con la fuerza de tu intercesión,
y de tu amor haz de ellos servidores del Reino,
sepan acoger con corazón abierto
la gracia de la Trinidad,
y guiarlos en el camino de la Salvación.
Que los jóvenes de hoy
sepamos ser místicos en nuestro mundo
y nuestra oración no se quede
en palabras vacías
Que sepamos hacer grandes
las cosas pequeñas de cada día;
y que la Cruz de cada momento
sea nuestro acto supremo de adoración y amor.
Amén.

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