RELATOS DE JOSÉ ÁNGEL CRESPO FLOR DESDE EL CAÑAMELAR ... Hoy Auschwitz, campo de exterminio y campo de oraciónLa palabra Auschwitz siempre ha ido pareja con destrucción, muerte, barbarie, empobrecimiento de la raza humana, desastre y los adjetivos que quieran poner como, por ejemplo, aniquilamiento y desde luego nada que ver con Los Derechos humanos. Esa declaración que estamos celebrando en este 2008 su 60 aniversario. Una Declaración Universal que está ahí para que los pueblos la cumplan, para que nunca más los ejemplos de los campos de exterminio nazis puedan volverse a producir. Pues bien, desde 2006, Polonia, mejor dicho los polacos, realizan un retiro - convivencia donde se reza por los millones de las víctimas de esos campos de exterminio. Es un intento de sembrar la paz donde hubo tanto odio y tantas vejaciones. Es un retiro donde se piensa y pensar también es rezar, por el pasado, también por el presente pero sobre todo, por el futuro. Es...sobre todo, un ejemplo de que se puede rezar a cualquier hora, a tiempo y a destiempo y donde la humanidad se presenta como lo que ha de ser: un colectivo de personas, que se reúnen para intercambiar pensamiento y donde la armonía y la escucha dejan luego paso al dialogo, a la puesta en común y a ser embajadores de la paz. Esta información que, a continuación, transcribo sirve para eso, para proponer que los Derechos Humanos sean eso, Derechos de todos los hombres de buena voluntad.
Auschwitz: retiro espiritual interreligioso
Christiane: “Mi abuelo estaba con los nazis. Lo llamábamos “Schreibtischtäter“, así siempre se dijo en la familia, sólo se sentaba en un escritorio y escribía. Y era un total tabú hablar de lo que hizo”. John: “Mi conocimiento sobre Auschwitz es que probablemente fue la culminación de muchos de los programas para eliminar a los judíos”.
Ohad: “El potencial de deshumanización del otro está presente. Y como no soy muy diferente de mis amigos alemanes, yo podría ser un nazi”.
En 2006 un grupo de 50 personas se reunió en Cracovia, Polonia para preparar un retiro entre distintas confesiones en el suelo de los campos de muerte de Auschwitz/Birkenau.
¿Cómo puede la gente encontrar paz y espiritualidad en un lugar de muerte y destrucción? Y sin embargo, aquí están cada noviembre, personas de distintas confesiones y países unidos para pasar 5 días en meditación, quietud, oración y rituales.
¿Por qué la gente viene a este tipo de retiro?, ¿cuáles son sus esperanzas, sus expectativas, sus miedos?, ¿de qué modo esta semana los transformará?, ¿los transformará?
Bruce: “En medio de esta oscuridad...con diferentes voces, y lenguas empiezo a rezar por aquellos que han muerto, por quien no tuvo a alguien para decir Kadish por.....El Kadish repara la máxima dignidad que un ser humano tiene delante de Dios; una dignidad que ninguna persona puede robar jamás”.
John: “Yo pensé que iba a Auschwitz pero al abrir mi corazón me dí cuenta que Auschwitz vino a mí”.
Christiane: “¿Qué es lo que realmente aprendí? Porque si realmente me amo y no me juzgo y estoy en paz conmigo misma, es el único modo en que puedo amar a los demás y en que puedo rezar, y que puedo estar en contacto con el lugar y con lo que sucedió”.
Ohad: “Existe este tomar la vida y la muerte y el compromiso de servirlas, de servir a Dios a través de ambas. Y dejaré este lugar con amor”.
Bruce: “¿Hemos aprendido algo de Auschwitz?, ¿hemos aprendido algo de Birkenau?, ¿hemos aprendido algo del holocausto? Porque aún, lo más vulnerable en nuestra sociedad son las personas que siguen siendo lastimadas hoy”.
Auschwitz: retiro espiritual interreligioso
Christiane: “Mi abuelo estaba con los nazis. Lo llamábamos “Schreibtischtäter“, así siempre se dijo en la familia, sólo se sentaba en un escritorio y escribía. Y era un total tabú hablar de lo que hizo”. John: “Mi conocimiento sobre Auschwitz es que probablemente fue la culminación de muchos de los programas para eliminar a los judíos”.
Ohad: “El potencial de deshumanización del otro está presente. Y como no soy muy diferente de mis amigos alemanes, yo podría ser un nazi”.
En 2006 un grupo de 50 personas se reunió en Cracovia, Polonia para preparar un retiro entre distintas confesiones en el suelo de los campos de muerte de Auschwitz/Birkenau.
¿Cómo puede la gente encontrar paz y espiritualidad en un lugar de muerte y destrucción? Y sin embargo, aquí están cada noviembre, personas de distintas confesiones y países unidos para pasar 5 días en meditación, quietud, oración y rituales.
¿Por qué la gente viene a este tipo de retiro?, ¿cuáles son sus esperanzas, sus expectativas, sus miedos?, ¿de qué modo esta semana los transformará?, ¿los transformará?
Bruce: “En medio de esta oscuridad...con diferentes voces, y lenguas empiezo a rezar por aquellos que han muerto, por quien no tuvo a alguien para decir Kadish por.....El Kadish repara la máxima dignidad que un ser humano tiene delante de Dios; una dignidad que ninguna persona puede robar jamás”.
John: “Yo pensé que iba a Auschwitz pero al abrir mi corazón me dí cuenta que Auschwitz vino a mí”.
Christiane: “¿Qué es lo que realmente aprendí? Porque si realmente me amo y no me juzgo y estoy en paz conmigo misma, es el único modo en que puedo amar a los demás y en que puedo rezar, y que puedo estar en contacto con el lugar y con lo que sucedió”.
Ohad: “Existe este tomar la vida y la muerte y el compromiso de servirlas, de servir a Dios a través de ambas. Y dejaré este lugar con amor”.
Bruce: “¿Hemos aprendido algo de Auschwitz?, ¿hemos aprendido algo de Birkenau?, ¿hemos aprendido algo del holocausto? Porque aún, lo más vulnerable en nuestra sociedad son las personas que siguen siendo lastimadas hoy”.
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