Nuestra Valencia Marinera puede presumir de contar con un hotel, un establecimiento que no dudamos en calificar de singular y prácticamente irrepetible. Nos referimos al hotel “Las Arenas”, el único 5 estrellas Gran Lujo de toda la Comunidad Valenciana.
El edificio principal alberga las 253 habitaciones, en buena parte con vistas al Mediterráneo y con terraza privada y que, lógicamente, son las más solicitadas. Brillan con luz propia las dos “suites” presidenciales - situadas en los extremos de la última planta, la ejecutiva, disponiendo una de ellas incluso de una pequeña cocina privada-, así como las ocho “junior-suites”. Tanto las “suites” como las “junior-suites” tienen terrazas más amplias con tumbonas y vistas al mar. Todas las habitaciones cuentan con un equipamiento propio de un hotel de su categoría, no faltando mármol de Carrara en los baños –que también disponen de bañera y ducha de hidromasaje-, televisión de plasma, acceso a internet “wi-fi” y reproductor de cdŽs. La planta principal destaca por su amplitud, con techos muy altos, y en ella se encuentra la recepción, el restaurante “Sorolla” – con cocina tradicional valenciana combinada con las texturas de las nuevas tendencias- y tres salas de reuniones, cada una de 100 metros cuadrados y que se pueden unir entre sí. Un aspecto que se tuvo muy en cuenta en el diseño de todo el complejo es el de poder disfrutar en todo momento de la luz natural y de las estupendas vistas sobre los cuidados jardines y, como telón de fondo, el Mediterráneo. Y desde luego, se ha conseguido a la perfección, gracias a los amplios ventanales y a la propia configuración de los edificios.
El segundo gran elemento del “resort” de “Las Arenas” es su Centro de Convenciones y Congresos, posiblemente el más completo y espectacular de la ciudad de titularidad privada y que se está convirtiendo en un nuevo foco de turismo de negocios, que se añade a los que conforman el Palacio de Congresos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias y Feria Valencia. Y repetiremos que se trata de unas instalaciones únicas e irrepetibles, ya que ocupan dos columnarios simétricos situados a escasos metros del paseo marítimo, que en realidad han recuperado en parte el uso que un día tuvieron. Y es que el complejo de “Las Arenas” ocupa el lugar donde se alzaba el histórico balneario de Las Arenas, levantado en 1898 y que muchos de los valencianos guardan en su retina. De aquellas instalaciones lúdicas y recreativas se ha podido recuperar uno de los dos columnarios, bautizado ahora como “Las Arenas” y situado a la derecha, si lo vemos desde las habitaciones del hotel. Se ha rehabilitado hasta donde se ha podido, conservando la estructura de templo griego y sus características grandes columnas. En su nivel inferior se ha construido un completísimo auditorio, todo en madera y con vistas sobre la playa, con capacidad para hasta 500 personas. El interior del antiguo columnario se ha dividido ahora en dos plantas, unidas por una bella escalera central, siendo el recinto más demandado para bodas y banquetes de hasta 500 personas. Llaman la atención, una vez más, las grandes cristaleras, así como la madera, que recubre y decora buena parte de rincones.
El columnario “Malvarrosa”, situado frente al que acabamos de describir, ocupa el lugar donde antaño se alzó un edificio de similares características, y que fue destruido durante la Guerra Civil. Si externamente es una fiel reproducción del otro, su interior es totalmente diferente.
Decimos que es singular e irrepetible porque su ubicación es absolutamente privilegiada y verdaderamente excepcional, por hallarse frente al mar Mediterráneo, junto a nuestras playas de las Arenas y de la Malvarrosa y al paseo marítimo que las enlaza y las conecta, ahora también, con la zona náutico-deportiva y lúdica del puerto de Valencia. Además, dispone de jardines amplios que proporcionan la sensación de desahogo y tranquilidad, de hallarse en una especie de oasis en la gran ciudad. Las vistas panorámicas desde los salones de banquetes y convenciones y desde las habitaciones orientadas al este son impresionantes, y justifican ya de por sí una estancia en este magnífico hotel, morada perfecta para un tipo de clientela muy selecta, de alto poder adquisitivo, que exige un nivel de prestaciones y servicios que pocos establecimientos están en condiciones de ofrecer.
El edificio principal alberga las 253 habitaciones, en buena parte con vistas al Mediterráneo y con terraza privada y que, lógicamente, son las más solicitadas. Brillan con luz propia las dos “suites” presidenciales - situadas en los extremos de la última planta, la ejecutiva, disponiendo una de ellas incluso de una pequeña cocina privada-, así como las ocho “junior-suites”. Tanto las “suites” como las “junior-suites” tienen terrazas más amplias con tumbonas y vistas al mar. Todas las habitaciones cuentan con un equipamiento propio de un hotel de su categoría, no faltando mármol de Carrara en los baños –que también disponen de bañera y ducha de hidromasaje-, televisión de plasma, acceso a internet “wi-fi” y reproductor de cdŽs. La planta principal destaca por su amplitud, con techos muy altos, y en ella se encuentra la recepción, el restaurante “Sorolla” – con cocina tradicional valenciana combinada con las texturas de las nuevas tendencias- y tres salas de reuniones, cada una de 100 metros cuadrados y que se pueden unir entre sí. Un aspecto que se tuvo muy en cuenta en el diseño de todo el complejo es el de poder disfrutar en todo momento de la luz natural y de las estupendas vistas sobre los cuidados jardines y, como telón de fondo, el Mediterráneo. Y desde luego, se ha conseguido a la perfección, gracias a los amplios ventanales y a la propia configuración de los edificios.
El segundo gran elemento del “resort” de “Las Arenas” es su Centro de Convenciones y Congresos, posiblemente el más completo y espectacular de la ciudad de titularidad privada y que se está convirtiendo en un nuevo foco de turismo de negocios, que se añade a los que conforman el Palacio de Congresos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias y Feria Valencia. Y repetiremos que se trata de unas instalaciones únicas e irrepetibles, ya que ocupan dos columnarios simétricos situados a escasos metros del paseo marítimo, que en realidad han recuperado en parte el uso que un día tuvieron. Y es que el complejo de “Las Arenas” ocupa el lugar donde se alzaba el histórico balneario de Las Arenas, levantado en 1898 y que muchos de los valencianos guardan en su retina. De aquellas instalaciones lúdicas y recreativas se ha podido recuperar uno de los dos columnarios, bautizado ahora como “Las Arenas” y situado a la derecha, si lo vemos desde las habitaciones del hotel. Se ha rehabilitado hasta donde se ha podido, conservando la estructura de templo griego y sus características grandes columnas. En su nivel inferior se ha construido un completísimo auditorio, todo en madera y con vistas sobre la playa, con capacidad para hasta 500 personas. El interior del antiguo columnario se ha dividido ahora en dos plantas, unidas por una bella escalera central, siendo el recinto más demandado para bodas y banquetes de hasta 500 personas. Llaman la atención, una vez más, las grandes cristaleras, así como la madera, que recubre y decora buena parte de rincones.
El columnario “Malvarrosa”, situado frente al que acabamos de describir, ocupa el lugar donde antaño se alzó un edificio de similares características, y que fue destruido durante la Guerra Civil. Si externamente es una fiel reproducción del otro, su interior es totalmente diferente.
El nivel inferior alberga distintas salas de reuniones, muy luminosas y que se pueden unir entre sí. Y las dos plantas principales cambian la decoración más clásica en madera por un estilo mucho más vanguardista, con tonalidades muy blancas en la planta principal que se tornan en un elegante negro en la superior. En total, ambos edificios pueden acoger hasta dos mil personas, pudiéndose desarrollar los distintos eventos con total autonomía e independencia.
Otro de los detalles que diferencian a “Las Arenas” del resto de hoteles de la ciudad son sus amplios y mimados jardines, que se extienden sobre un total de 8.000 metros cuadrados y que articulan las distintas partes del complejo. Se ha podido mantener el gran ficus centenario que preside el jardín, así como algunos ejemplares de tamarindo. El resto de jardín lo ocupa ahora una gran fuente, césped, palmeras y otras especies mediterráneas. Sin duda alguna, nos llamará la atención el hecho de que los jardines están separados del paseo marítimo únicamente por una franja de césped y pequeños setos, con lo que se ha querido integrar todo el complejo en la ciudad, eliminando cualquier tipo de barrera física que pudiera limitar las vistas panorámicas. El último de los elementos que se ha podido mantener de manera íntegra del antiguo Balneario de las Arenas es su gran y bella piscina –trampolín incluido-, a la que accedemos tras subir unas escaleras, y junto a la cual hay un segundo restaurante. Y en la parte inferior de la piscina, un completo “SPA”, que incluye piscina climatizada y tratamientos de todo tipo de salud y belleza. Ni la piscina infantil ni el bar “chill-out” situados en los jardines impiden la visión de la playa que se contempla a través de los ventanales del “SPA”.. Las instalaciones deportivas se completan con una pista de “pádel” y, por extensión, con el paseo marítimo, ideal para correr o pasear, y que enlaza el paseo de la playa de la Patacona (Alboraya) con la nueva zona de uso recreativo de la antigua dársena interior, ganada para el uso público gracias al Puerto “America’s Cup”. Por último, resaltar que el singular complejo hotelero dispone de dos plantas de aparcamiento subterráneo, con capacidad para 350 vehículos, y de unas amplias y completas cocinas que dan servicio a los distintos salones.
Otro de los detalles que diferencian a “Las Arenas” del resto de hoteles de la ciudad son sus amplios y mimados jardines, que se extienden sobre un total de 8.000 metros cuadrados y que articulan las distintas partes del complejo. Se ha podido mantener el gran ficus centenario que preside el jardín, así como algunos ejemplares de tamarindo. El resto de jardín lo ocupa ahora una gran fuente, césped, palmeras y otras especies mediterráneas. Sin duda alguna, nos llamará la atención el hecho de que los jardines están separados del paseo marítimo únicamente por una franja de césped y pequeños setos, con lo que se ha querido integrar todo el complejo en la ciudad, eliminando cualquier tipo de barrera física que pudiera limitar las vistas panorámicas. El último de los elementos que se ha podido mantener de manera íntegra del antiguo Balneario de las Arenas es su gran y bella piscina –trampolín incluido-, a la que accedemos tras subir unas escaleras, y junto a la cual hay un segundo restaurante. Y en la parte inferior de la piscina, un completo “SPA”, que incluye piscina climatizada y tratamientos de todo tipo de salud y belleza. Ni la piscina infantil ni el bar “chill-out” situados en los jardines impiden la visión de la playa que se contempla a través de los ventanales del “SPA”.. Las instalaciones deportivas se completan con una pista de “pádel” y, por extensión, con el paseo marítimo, ideal para correr o pasear, y que enlaza el paseo de la playa de la Patacona (Alboraya) con la nueva zona de uso recreativo de la antigua dársena interior, ganada para el uso público gracias al Puerto “America’s Cup”. Por último, resaltar que el singular complejo hotelero dispone de dos plantas de aparcamiento subterráneo, con capacidad para 350 vehículos, y de unas amplias y completas cocinas que dan servicio a los distintos salones.
Los jardines y la terraza situada junto al edificio del hotel, equipada con sofás y mesas, invitan a disfrutar al aire libre. El hotel-resort “Las Arenas”, propiedad de la cadena Santos, todo un lujo para una Valencia que vive cada vez más de cara a nuestras playas y al mar que inmortalizó Joaquín Sorolla, nuestro pintor más internacional…
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