FOTOS MANOLO GUALLART (IMAGENES PROCESIONALES)
Pregón de la Semana Santa Marinera 2015 pronunciado el pasado viernes por el teniente general jefe del cuartel general terrestre de alta disponibilidad, RAFAEL COMAS.
FCM.- El pasado viernes empezamos nuestra Semana Santa Marinera 2015 con el pórtico de nuestro Pregón anunciador que el
arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, clausuró en la parroquia de Nuestra Señora de los Angeles con sus palabras en esta Cuaresma que nos conducirá a la Pascua.
Pronunciado
por el teniente general jefe del cuartel general terrestre de alta disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia), Rafael Comas, que estuvo brillante, cercano y emotivo llegando a los corazones de las gentes del Cabañal, Cañamelar y Grao, y no lo dice sólo este VESTA, sino que han sido muchos los cofrades que así me lo han manifestado.Fue presentado por el presidente de la Junta Mayor, Francisco Carles Salvador, que le impuso la medalla de plata.
La
segunda parte del acto fue un magnífico concierto de la orquesta sinfónica de
la Asociación Musical L´Amistat de la localidad valenciana de Quart de Poblet. Magistralmente
dirigida por la batuta de Isidro Coll Ballesteros.
“Distinguidas autoridades,
eclesiásticas, civiles y militares.
Sr. Presidente de la Junta
Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia y Rectores de las Parroquias de
los Poblados Marítimos de Valencia: Grao, Cañamelar y Cabañal.
Presidentes, Hermanos Mayores y
miembros de la Semana Santa Marinera de Valencia, Señoras y Señores que hoy nos
acompañan
Valencians de la Mar
Bona Nit.
Buenas noches.
Según
reza el dicho popular, "es de bien nacidos ser agradecidos".
Pues bien, sirvan mis primeras
palabras para expresar mi gratitud a la Junta Mayor, por haberme ofrecido el
alto honor de pronunciar el Pregón de la Semana Santa Marinera de Valencia de
2015, que es el anuncio de la celebración de la fiesta más importante de la
Iglesia Católica: la de los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Nuestro Señor.
Cuando
me trasladaron esta propuesta, no dudé en aceptar, consciente del gran honor
que se me hace y de la enorme responsabilidad que conlleva. Enorme
responsabilidad para tratar de no decepcionar a aquellos que han puesto sus
ojos en mi persona sabedores de mi inexperiencia en estas lides, pues un reto
semejante jamás se le había planteado a este ya veterano soldado.
Y
no dude en aceptar porque, aunque nacido en otras tierras del antiguo reino de
Aragón, mis raíces son valencianas ya que mis padres eran alicantinos y además
soy vecino desde hace más de 50 años de otro barrio señero de la ciudad,
Monteolivete, que se incorporó al municipio casi al mismo tiempo que lo
poblados marítimos.
Si
a mi origen valenciano unimos que han pasado 40 años desde que el Capitán
General Gomez Hotigüela, vilmente asesinado por lo terroristas, recibiera en
nombre del Ejército la Medalla de la Semana Santa y 22 desde que un predecesor
mío, el Teniente general Quesada, asumiera esta responsabilidad, rechazar el
ofrecimiento no era una opción.
En
fin, encomendándome a Nuestra Sra. de los Ángeles, Patrona de esta Parroquia, y
a su hijo, Nuestro Señor Jesucristo, cuya representación e imagen del Cristo de
los Afligidos preside hoy esta ceremonia, trataré de cumplir con la misión que
me han encomendado.
Como
militar soy amante de las tradiciones y
como militar y valenciano lo soy por partida doble ya que, como decía Miguel de
Unamuno, “la memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición
lo es de la personalidad colectiva de un pueblo".
Así
hablar de la Semana Santa Marinera implica hablar de tradición, de la
personalidad colectiva de un pueblo, de las gentes de los poblados marítimos, de
una fiesta que posee una idiosincrasia que la hacen diferente y única, con
múltiples facetas que ensalzar y que poner en valor, en especial la esencial,
que es su profundo contenido devocional y de testimonio de la fe de las gentes
que participan en ella.
Algunos
de estos aspectos son bien conocidos por los participantes y asiduos, pero,
posiblemente por esa asiduidad, puede pasar desapercibido su verdadero mérito y
el esfuerzo que hay detrás de todo ello.
Y
para quienes no son asiduos, a quienes me dirijo en especial invitándolos como
pregonero de esta Fiesta, deseo resaltar la riqueza, amplitud y complejidad de
ceremonias, actos y actividades, que se compendia en la programación de cada
año, desarrollándose con unas características excepcionales de colorido y
vistosidad, que se fusionan con el ambiente mediterráneo de solemne respeto,
devoción y recogimiento propio de ella.
Colorido
y vistosidad, de dolorosas y sayones, de samaritanas y vestas, de verónicas y
longinos, pretorianos y granaderos, encarnados por las gentes de los barrios del
Grao, Canyamelar y Cabanyal.
Decía
el ilustre sacerdote y soldado Pedro Calderón de la Barca hablando de los
soldados “aquí a lo que sospecho no adorna el vestido al pecho que el pecho
adorna al vestido”
Lo
mismo puede decirse de las gentes de esta Semana Santa, ya que, más allá del
colorido y vistosidad del que hablaba, su actividad y la de su Junta Mayor no
se detiene en el programa oficial, pues es constante a lo largo de todo el año
en la ayuda a los más necesitados. Dando en fin un auténtico sentido cristiano
a su actividad que me hace pensar que también para estas gentes el pecho adorna
al vestido.
Por
eso, en mi modesta opinión, hay mucho que decir, contar y ensalzar sobre esta
fiesta, que es la fiesta absoluta, la fiesta por excelencia, pues es la
conmemoración de la redención del hombre. Hay mucho que contar y ensalzar, mucho
más de lo que yo seré capaz de relatar en los breves minutos que dura un
pregón.
Hablando
de tradición, hay una tradicional religiosidad en quienes se juegan la vida y
la entregan a los demás. Los marineros, al igual que los soldados, se ven
obligados a enfrentarse a situaciones de riesgo para su vida y, cuando una
persona se encuentra en una situación crítica, ¡qué frecuente es que se
encomiende al Señor o a la Santísima Virgen!
A
eso alude el refrán que dice "Si a Deu vols pregar, posat en la mar",
que indica la necesidad del marinero de sentir cerca la protección de la
divinidad. Porque el mar es un medio que conlleva un riesgo intrínseco.
No
es sorprendente que este culto y devoción a la Semana Santa en Valencia se haya
perpetuado en los poblados marítimos.
Y es marinera, porque nació junto al mar
y quienes la iniciaron, fortalecieron y mantuvieron a lo largo de su ya
dilatada historia, fueron gentes del mar. Historia de siglos, ya que la
constancia documental más antigua encontrada hasta el momento, que hace
referencia a esta Semana Santa, data de 1735.
Así,
las costumbres, ritos y tradiciones nacidas en el pueblo cristiano alrededor de
la Semana Santa, se han teñido de la idiosincrasia de los poblados marineros de
Valencia.
Y
el sentido de Marinera se percibe en las imágenes de los Cristos que se
desplazan a la orilla de la playa, para pronunciar una oración por los
fallecidos en el mar.
En
especial el día de Viernes Santo, el más solemne de la Semana, pues, dentro del
denso programa de ese día, se rinde el merecido homenaje a los que fallecieron
en el mar: la corona, la oración y el recuerdo.
Idéntica
simbología a la que empleamos los soldados donde la oración hablada se
sustituye por el toque de oración que instituyó el Gran Capitán tras la
victoria de Ceriñola en 1503 como homenaje a los que dieron su vida por la
Patria.
Cuanto
más antiguas son las tradiciones de una institución, mayor es la base sobre la
que se sustenta y más compactado se siente el grupo que la compone.
Hemos
oído a nuestros padres o abuelos hablar de que en sus tiempos se hacían tales
cosas y ya no se hacen, lo cual parece síntoma de que, aquello de lo que nos
hablan, está yendo a menos.
Pues
bien éste no es el caso de la Semana Santa Marinera de Valencia. Vemos cómo
estos cambios no son más que la consecuencia de una evolución natural, motivada
por el devenir de los acontecimientos, y que muchas veces ni se sabe o se
recuerda la causa que los motivó. Y también se puede ver, con una absoluta claridad,
que esta fiesta, nuestra fiesta del Marítimo, ha mantenido tradiciones
esenciales y ha continuado creciendo.
A
mediados los años 20 del pasado siglo, una Junta de Hermandades, que comenzó a
coordinar las actividades de la Semana Santa, dejó paso al actual órgano de
gobierno, la Junta Mayor de la Semana Santa Marinera de Valencia, a la que me
permito felicitar por cumplir en este año el 90 aniversario del inicio de su
andadura.
Hasta
mediados de los años 30, las Hermandades, Cofradías y Corporaciones no eran tan
numerosas como las conocemos en la actualidad. Cada una de aquellas tres
parroquias únicamente tenía adscritos tres colectivos bien definidos: sayones,
vestas y granaderos.
Sin
embargo, y una vez más sin perder la esencia, otra muestra del crecimiento que
ha experimentado esta Semana Santa, en su natural proceso de evolución desde
aquello años,
es el hecho de que, a esos colectivos iniciales, se han ido
uniendo nuevas Cofradías, Corporaciones y Hermandades, que, a lo largo de casi
un siglo, se han venido fundando o refundando de manera continuada, alguna
incluso ya en los pocos años que llevamos de siglo, llegándose a contabilizar,
en su momento, hasta 32.
Desgraciadamente,
este año echamos de menos a la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, y les
deseamos que vengan tiempos mejores, que les permitan volver a la actividad, ya
que lo fundamental, que es la motivación devocional, la siguen manteniendo.
Pero ahora, la algarabía y los festejos lúdicos falleros dan paso a una celebración bien distinta, la Fiesta de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, que tiñe las calles del Marítimo de respetuoso silencio ante al sufrimiento del Señor y el dolor de su Madre, en el momento cumbre de la Procesión del Santo Entierro.
Y
llega el Domingo de Resurrección, y una eclosión de alegría mediterránea se
apodera de todo el Marítimo.
.
Los colores oscuros cambian por blanco, el ruido de las tracas se hace patente,
se sueltan palomas, se produce una invasión de flores y la tristeza desaparece.
Las
procesiones del Encuentro se suceden, para dar paso, como colofón,
al ansiado Desfile de Resurrección, que, siguiendo el mismo recorrido por el que el viernes marchó la Procesión del Santo Entierro,
llena
las calles de alegría y colorido, anunciando que Jesús ha resucitado.
Todos
sabemos que todas estas manifestaciones en torno a la Semana Santa son
manifestaciones de fe, y hemos oído predicar a los Pastores de la Iglesia que
la fe hay que vivirla internamente, pero también que hay que hacerla pública.
Y
en esta Semana Santa, cuyo programa de actos se extiende a lo largo de tres
meses, queda constancia de la multitud de actos eucarísticos y litúrgicos, en
los que se vive la fe en recogimiento; y otros, fuera de los templos, en los
que se exterioriza esa fe y se da público testimonio.
Hacéis
Iglesia, hacéis manifestación de fe cristiana, con solemnidad, pero también con
mucha vistosidad. Con los atuendos ricos y variados que tanto cuidáis, y que no
es boato, sino esfuerzo en tener las mejores galas preparadas para ser vestidas
acompañando a las imágenes que representan a las Personas Divinas que adoráis y
veneráis.
Pero
no como vanidoso lucimiento, sino en honor a ellas.
O
como decía Calderón cuyo verso a los soldados, que he citado antes, parece
hecho para vosotros “y así, de modestia llenos a los más viejos verás, tratando
de ser lo más y de parecer lo menos”
No
quiero terminar sin hablar de lo niños. Para decir que llama la atención la
cantidad de niños de todas las edades que habéis integrado y participan. Los
jóvenes son el bien más preciado que posee una sociedad y es un seguro de la
continuidad de la tradición
Concluyo
mi pregón de Semana Santa, resaltando que se trata de una Fiesta de Valencia y
de los valencianos, nacida y mantenida por las gentes del mar y de sus poblados
marítimos, con una personalidad que ha trascendido a toda la geografía
nacional, reconocida al haber sido declarada Fiesta de Interés Turístico
Nacional, y que, por méritos, es digna de una proyección universal.
Señoras
y señores:
¡Que
mi voz sirva de llamamiento a todas las gentes de Valencia y del mundo, para
que conozcan, compartan y vivan con nosotros una fiesta que es para ser vivida
y sentida: la celebración de nuestra Semana Santa Marinera!
Muchas
gracias.
Felicitats
i moltes gràcies per l'atenció prestada.
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