martes, 25 de marzo de 2014

MIGUEL SANZ, CREU MARINERA DE EOS TE ACERCA EL VIA CRUCIS:DECIMO CUARTA ESTACIÓN

FOTOS MIGUEL SANZ
Mi amigo Miguel Sanz Ferrer vinculado a la Hermandad del Santo Silencio y Vera Cruz, entre sus aficiones destaca siempre la lectura y manifiesta ser un “Dinosaurio”. Está en posesión de la CREU MARINERA de EOS, donde acude a nuestros coloquios y siempre tiene unas brillantes aportaciones en los mismos conjugando experiencia y sensatez, fue presidente de la Real Hermandad de la Santa Faz del Cañamelar y de niño procesionó muchos años en la Hermandad de Vestas del Santísimo Cristo del Buen Acierto, al que se abraza con devoción cada Viernes Santo en el Via Crucis.
Y hablando de Via Crucis, en este tiempo de CUARESMA, colabora con este blog, y te acerca sus instantáneas y los textos en torno al Viacrucis o vía crucis su significado es «camino de la cruz» y se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepulcro.A las etapas del viacrucis se denominan estaciones, aquí en el Marítimo "Pasos" y tradicionalmente se cuentan 14, aunque el papa Juan Pablo II añadió la Resurrección en último lugar.
El Viernes Santo de 1991  y, bajo el auspicio de Juan Pablo II, se creó un nuevo Via crucis con 15 estaciones basadas todas ellas en momentos del Nuevo Testamento, ya que el anterior recogía muchos pasajes de los Evangelios apócrifos entre los que se encontraban el encuentro de Jesús con María, su madre y el acto en el que la Santa Mujer Verónica le enjuga el rostro a Jesús. Este nuevo viacrucis comienza con la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrección de Cristo.
              DECIMOCUARTA ESTACIÓN:JESÚS ES SEPULTADO.
José de Arimatea y Nicodemo tomaron luego el cuerpo de Jesús de los brazos de María y lo envolvieron en una sábana limpia que José había comprado. Cerca de allí tenía José un sepulcro nuevo que había cavado para él mismo, y en él enterraron a Jesús. Mientras los varones procedían a la sepultura de Cristo,

 las santas mujeres que solían acompañarlo, y sin duda su Madre, estaban sentadas frente al sepulcro y observaban dónde y cómo quedaba colocado el cuerpo. Después, hicieron rodar una gran piedra ante la entrada del sepulcro, y regresaron todos a Jerusalén.

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