FOTOS MIGUEL SANZ
Mi
amigo Miguel Sanz Ferrer vinculado a la Hermandad del Santo Silencio y Vera Cruz, entre
sus aficiones destaca siempre la lectura y manifiesta ser un “Dinosaurio”. Está
en posesión de la CREU
MARINERA de EOS, donde acude a nuestros coloquios y siempre
tiene unas brillantes aportaciones en los mismos conjugando experiencia y
sensatez, fue presidente de la Real Hermandad de la Santa Faz del Cañamelar
y de niño procesionó muchos años en la Hermandad de Vestas del Santísimo Cristo del Buen
Acierto, al que se abraza con devoción cada Viernes Santo en el Via Crucis.
Y
hablando de Via Crucis, en este tiempo de CUARESMA, colabora
con este blog, y te acerca sus instantáneas y los textos en torno al Viacrucis
o vía crucis su significado es «camino de la cruz» y se refiere a las
diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue
aprehendido hasta su crucifixión y sepulcro.A las etapas del viacrucis se denominan
estaciones, aquí en el Marítimo "Pasos" y tradicionalmente se cuentan 14, aunque el papa Juan Pablo II
añadió la Resurrección
en último lugar.
El
Viernes Santo de 1991 y, bajo el
auspicio de Juan Pablo II, se creó un nuevo Via crucis con 15 estaciones basadas
todas ellas en momentos del Nuevo Testamento, ya que el anterior recogía muchos
pasajes de los Evangelios apócrifos entre los que se encontraban el encuentro
de Jesús con María, su madre y el acto en el que la Santa Mujer Verónica
le enjuga el rostro a Jesús. Este nuevo viacrucis comienza con la oración de
Jesús en el huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrección de
Cristo.
Para que los cadáveres no quedaran en la cruz al día siguiente, que era
un sábado muy solemne para los judíos, estos rogaron a Pilato que les quebraran
las piernas y los retiraran; los soldados sólo quebraron las piernas de los
otros dos, y a Jesús que ya había muerto, uno de los soldados le atravesó el
costado con una lanza. Después, José de Arimatea y Nicodemo, discípulos de
Jesús, obtenido el permiso de Pilato y ayudados por sus criados o por otros
discípulos del Maestro, se acercaron a la cruz, desclavaron cuidadosa y
reverentemente los clavos de las manos y los pies y con todo miramiento lo
descolgaron.
Al pie de la cruz estaba la Madre, que recibió en sus brazos y puso en su
regazo maternal el cuerpo sin vida de su Hijo.
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