jueves, 4 de abril de 2013

ENCUENTRO Y OPINIÓN: JUANVI MORALES EXPLICA EN EOS EL CRITERIO DEL ORDEN DE LOS CRISTOS EN NUESTRO SANTO ENTIERRO


FOTOS MANOLO GUALLART
EL ORDEN DE LOS CRISTOS
Por Juan Vicente Morales Monsalve
Vesta y Costalero de la Crucifixión del Señor,
Costalero de la Dolorosa de los Ángeles y
Creu Marinera de EOS
A lo largo de esta pasada Semana Santa han sido varios los compañeros que me han preguntado por el orden de formación de los actos colectivos, en especial por el de los Santísimos Cristos Crucificados, por lo que me he animado a escribir unas líneas para explicarlo, al menos desde mi punto de vista.
El criterio que se decidió aplicar en los años cuarenta, tras la guerra civil española, para formar las distintas hermandades en los actos colectivos fue el del orden de Pasión, el mismo que impera hoy día. Se trata de un sistema sencillo de aplicar, pero el problema aparece cuando se trata de ubicar imágenes que representan el mismo momento de la Pasión, como son los Santísimos Cristos Crucificados.
 Por ello se decidió que el orden vendría determinado por la antigüedad de las imágenes, es decir, de las tallas.
 Así, iniciaba el Santísimo Cristo del Perdón, talla que data de 1927; tras ella las del Santísimo Cristo de los Afligidos
 y Santísimo Cristo del Salvador, de 1939 o 1940 –no recuerdo exactamente pues lo cito de memoria-; 
 después el Santísimo Cristo del Buen Acierto
y el del Salvador y del Amparo, tallas de 1942;
cerrando la del Santísimo Cristo de la Concordia, de 1945.

Este orden, empero, nunca se utilizó pues en esa época sólo una de las imágenes de la Santísima Virgen de las cuatro Corporaciones de Granaderos que existían en ese momento procesionaba en el Santo Entierro, por lo que dichas Corporaciones tenían un turno rotatorio para verificar cual de ellas marchaba en último lugar, y a la que le tocaba cerrar era la que sacaba su imagen a la calle.
 Como quiera que la Corporación de Granaderos de San Rafael Arcángel tenía como titular el grupo de la Virgen al pie de la Cruz –actual imagen titular de la Hermandad de María Santísima de las Angustias-, para que saliera a la calle, la imagen lo hacía en la Procesión del Santo Entierro con la Hermandad del Santísimo Cristo del Salvador y del Amparo, de la misma Parroquia, por lo que esta Hermandad pasó a cerrar los Cristos –que en realidad eran cerrados por una Virgen-.
Esto que ahora nos puede parecer extraño, era habitual en la época, pues, por ejemplo, la Hermandad del Santísimo Ecce Homo del Cabañal, procesionaba con el Nazareno de los Sayones de la misma Parroquia de los Ángeles, pues era tradición que los Sayones abrieran el Santo Entierro y por lo tanto procesionaban sin su imagen.
En cualquier caso, cuando se reintegró la Pontificia y Real Hermandad del Santísimo Cristo de la Concordia a nuestras celebraciones, a principios de los noventa, se buscó información para ubicarla en los antiguos programas de la época en que procesionaba, y, por tanto, se ubicó mal, pues debería ir detrás del Salvador y del Amparo, ya que en los noventa los Granaderos procesionaban todos con su imagen titular, lo que se mantiene hoy en día, aunque los Granaderos han continuado con el turno rotatorio entre ellos.
Posteriormente se varió el orden de Pasión para ubicar correctamente el Cristo de los Afligidos delante del Cristo del Perdón, pues el de los Afligidos está vivo y los demás no, por lo que no comparte el mismo momento de la Pasión, sino que representa uno anterior –si hubiera un Paso de la Lanzada debería ir entre ellos-,  pero no se completó pues el Paso de la
Santa Hermandad de la Muerte y Resurrección, que representa el momento de la Muerte de Cristo, debería ir entre el Cristo de los Afligidos y el del Perdón.
 De la misma manera cuando se crea la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, se le ubica en último lugar de los Cristos, pues la talla es la más moderna, pero no se siguió el 
mismo criterio cuando se crea la Hermandad del Cristo de la Palma, pues su talla es la más antigua de las que procesiona, por lo que debería hacerlo entre las de Afligidos y el Perdón.

            Esa es la explicación del orden que llevan entre ellos, por lo que de continuar aplicándose con rigor, debería controlarse las fechas de talla de los facsímiles hechos para el Museo, pues si alguno procesiona –lo cual desconozco- no debe hacerlo con la fecha de talla de la imagen titular, sino con la de talla del propio facsímil, pues la antigüedad de la imagen es un  criterio que debe honrarse y no desmerecerse.

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