España se ganó por méritos propios estar en la final del domingo ante Alemania. Su segunda mitad fue, sencillamente, magistral, perfecta, sublime, increíble, espectacular cualquier adjetivo positivo cabe... Rusia, que aguantó más o menos bien antes del descanso, no pudo evitar que la selección de Luis Aragonés le pasara después por encima como un rodillo. Hasta el punto que su seleccionador Guus Hiddink le pidió al técnico de Hortaleza que frenara a los suyos para que la derrota no se convirtiera en humillación.
Y todo ello pese a que la lluvia se apoderó de Viena en un intento de aguar la fiesta. Pero a esta España no le frena nada, ni nadie, y anoche se empapó de la ilusión de poder llegar a una final europea.Por ese motivo, buscó tener el balón para que Rusia sufriera y corriera más de la cuenta en su recuperación. Y por momentos lo consiguió en la primera mitad, pero no siempre, lo que fue aprovechado por los de Hiddink para llevar peligro al área de Casillas, en especial a través de Pavlyuchenko, quien puso a prueba al meta español.
La lesión de Villa fue una pena El ‘Guaje’ lanzó una falta y se rompió. No era una buena noticia, pero esta selección no se desvía del camino. Va de frente, tumba los obstáculos y, por si faltaba algo, se rehace con buen fútbol. El que desplegó en la segunda mitad maravilló Viena y a todos los que amen este deporte. Ni el color extraño de su camiseta (oro viejo) le hace perder su identidad.
Y todo ello pese a que la lluvia se apoderó de Viena en un intento de aguar la fiesta. Pero a esta España no le frena nada, ni nadie, y anoche se empapó de la ilusión de poder llegar a una final europea.Por ese motivo, buscó tener el balón para que Rusia sufriera y corriera más de la cuenta en su recuperación. Y por momentos lo consiguió en la primera mitad, pero no siempre, lo que fue aprovechado por los de Hiddink para llevar peligro al área de Casillas, en especial a través de Pavlyuchenko, quien puso a prueba al meta español.
La lesión de Villa fue una pena El ‘Guaje’ lanzó una falta y se rompió. No era una buena noticia, pero esta selección no se desvía del camino. Va de frente, tumba los obstáculos y, por si faltaba algo, se rehace con buen fútbol. El que desplegó en la segunda mitad maravilló Viena y a todos los que amen este deporte. Ni el color extraño de su camiseta (oro viejo) le hace perder su identidad.
Y por ello volvemos a gritar desde este BLOG DE EOS:
P O D E M O S
Esperamos que el Domingo Dios reparta suerte como dicen los taurinos y como en las partidas de pilota valenciana ahora sí ¡CAVALLERS VA DE BO!
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