domingo, 4 de diciembre de 2011

LA COLUMNA DE DIAZ TORTAJADA EN EOS:SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO.PASEMOS DE CLIENTES A CREYENTES

FOTO GUALLART. Carta a un cofrade

ADVIENTO: PASEMOS DE CLIENTES A CREYENTES                     

Por Antonio Díaz TORTAJADA
Sacerdote-Periodista
Querido cofrade:
En este segundo domingo de Adviento de 2011 nos encontramos ante uno de los textos más bellos del libro de Isaías, perteneciente al libro de “La consolación” de Israel: “Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”, esta frase es ya un kerigma (buena noticia) “Mi pueblo  y vuestro Dios” son las dos tablas de la Alianza, el gran tema del exilio porque en Babilonia Israel se preguntó “¿por qué Dios nos ha abandonado y olvidado de la Alianza?” Se le había olvidado a Israel que el supuesto olvido pudo haber sido por las infidelidades  a la misma Alianza.
Pero no era así porque Dios afirma: “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios”.  Esta fue la razón última para que terminara el exilio: “Hablad al corazón  de Jerusalén gritadle: que se ha cumplido su servicio (el exilio) y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados” ¿En que había fallado Israel para que sus faltas fueran crímenes? En la idolatría, la violación del sábado, las prescripciones de la ley, y sobre todo las faltas de justicia, desprecio de los pobres.
Nunca se ha sabido cual es la voz que grita de parte de Dios, lo cierto es que esa voz debe proclamar: “preparad en el desierto el camino del Señor”.  Antes Dios le había preparado a Israel en el desierto el camino de la esclavitud a la libertad (de Egipto a la tierra prometida) solo que ahora se trata de la esclavitud de Babilonia.  Israel recordaba que en Egipto había trabajo duro al servicio de los opresores para hacer una vía por donde pasara el rey vencedor.  Ahora en el desierto que separaba a Babilonia de Jerusalén,  Israel debe preparar el camino del retorno.  En los mismos términos Juan Bautista va a señalar cuáles son los  trabajos preparativos a la venida del Mesías.
“Mirad el Señor llega con poder y su brazo manda, viene con el su salario…como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en sus brazos los corderos y hace recostar a las madres” (primera lectura)
El buen gobernante es un pastor cuidadoso de su pueblo pero al mismo tiempo victorioso en la lucha por su rebaño.  El tiempo de la victoria es la pascua.
También nosotros, como Iglesia peregrina, podemos suplicar con el Salmista: “Muéstranos Señor tu misericordia y danos tu salvación”, voy a escuchar lo que dice el Señor: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos, la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, la justicia marchará ante el Señor y la justicia seguirá sus pasos”
Marcos escribe su relato en la historia de esperanza mesiánica de Israel, reivindicando para Jesús un título reservado a un crucificado se dirige a una comunidad cristiana que no se escandaliza, o es indiferente como nosotros por costumbre, al absurdo de invocar a Jesús como Cristo o Mesías. En Juan el prólogo es la clave de lectura del Evangelio en Marcos es todo el evangelio la clave de lectura del prólogo.
¡En definitiva qué es lo que esperamos para tener que prepararnos! “Confiados en la promesa del Señor esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia… Por tanto queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con El, inmaculados e irreprochables”.
La promesa se concreta en una frase: “comienza el evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”
En la época de Mateo las grandes noticias tenían que ver con el nacimiento de un rey o la victoria militar, a esos eventos se les llamaba “Evangelios”. En Marcos la Buena nueva no comienza con el nacimiento o la infancia de Jesús como en Mateo y Lucas sino que siguen a la predicación de Juan Bautista. El vestido y comida de Juan son característicos de Marcos, además de la sobriedad  indican las promesas ya de retorno a la Alianza con Yahveh, ahora se dará la Alianza definitiva con Cristo.
Era tan grande la Buena noticia de Juan el Bautista que no se consideraba digno de agacharse a desatar las sandalias de Mesías, él señalaba que la diferencia con Jesús estaba en el bautismo “con agua y Jesús con Espíritu Santo”.
Regularmente nosotros pensamos la conversión en términos de pureza e inocencia aquí se trata de la conversión del corazón, volverse a Dios y abandonar los ídolos, es una obra de Dios más que voluntad o mérito humano.
Nuestra vida personal, familiar y profesional está llena de urgencias y carencias, sobre todo en lo económico, nuestra vida política esta herida por la corrupción, la pobreza progresiva…
La Iglesia para mostrarnos que no todo está perdido por el contrario todo es recuperable y salvable nos alienta con el Adviento de la venida del Señor (Navidad), Adviento es un tiempo para descubrir la acción de Dios por sus signos.
La palabra de Dios, los profetas particularmente Isaías y la Virgen María nos irán indicando los signos del rescate y salvación.
El Adviento también nos relativiza aquellos bienes que siendo para nuestro servicio nos esclavizan por su mal uso; el dinero, el sexo, etc. El Adviento nos inscribe en la escucha de la esperanza porque todas nuestras debilidades serán consoladas por Dios, si creemos en el Salvador Jesucristo que nace en Belén. Nadie que crea que lo ocurrido en Belén es para bien de su vida quedará defraudado. Lo mejor que le puede ocurrir a nuestras ilusiones es que lleguen a ser esperanza por la Navidad. La Navidad es la luz que ilumina todas nuestras esperanzas de Adviento.
El discernimiento y conversión del Adviento es más que la conversión de Cuaresma, porque nos llenó de cosas pseudoreligiosas y folklóricas el consumismo que a todos nos pasa de creyentes a clientes y de contemplativos a consumidores. Para el comercio el Adviento es tiempo perdido para vender por ello empieza la Navidad sin Adviento.

Un abrazo,

Antonio

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