LOS SEMANASANTEROS GRANOTAS ORGULLOSOS CON LAS GESTAS DE NUESTRO EQUIPO QUE NO PIERDE LA HUMILDAD, PERO NOS HACE FELICES CON ESTE ARRANQUE LIGUERO

Ni están todos los que son, pero si rostros de algunos semanasanteros felices por la brillante semana de su equipo en el mejor arranque liguero de nuestro equipo.Vamos a reproducir la crónica de la web oficial de nuestro LEVANTE UD con dichas instantáneas.

Levante UD – 3: Munúa, Javi Venta, Ballesteros, Nano, Juanfran, Xavi Torres, Iborra, Valdo, Rubén (Barkero, m.66), Juanlu (Pallardó, m.76) y Koné (Aranda, m.75).

RCD Espanyol - 1: Cristian Álvarez, Javi López, Amat, Héctor Moreno, Didac, Rui Fonte, Forlín, Romaric (Javi Márquez, m.63), Verdú, Thievy (Pandiani, m.63) y Sergio García.

Goles: 1-0, m.14: Rubén, de penalti. 2-0, m.58: Rubén, de penalti. 2-1,m. 72: Héctor Moreno. 3-1, m.76: Barkero.

Árbitro: Pérez Lasa (comité vasco). Amonestó por el Levante a Juanlu y por el Espanyol a Rui Fonte, Forlín y Marquz. Expulsó con roja directa a los espanyolistas Amat (m.57) en la jugada del segundo penalti y a Pandiani (m.80). Expulsó al fisio del Espanyol, Manuel González (m.86).

La grada del Ciudad de Valencia premiaba el terrible esfuerzo de sus jugadores con una ovación atronadora cuando los pupilos de Juan Ignacio Martínez encaraban el camino hacia al vestuario tras solventar el tercer partido consecutivo en la competición liguera

Había motivos sobrados para dar tantas muestras de júbilo colectivas. La tercera victoria enlazada en el tiempo, en una semana realmente fantástica, entronca con la obtención de una clasificación un tanto inesperada salpimentada con la suma de once puntos que sitúan a la escuadra de Orriols en la zona más noble de la Primera División

Parece que sobre el Estadio Ciudad de Valencia se ha instalado un anticiclón. Las alegrías se suceden. Las victorias se concatenan, pero quizás, y por encima de este aspecto de un valor notable, subyace principalmente la experiencia y el oficio que destila el Levante del ejercicio 2011-2012.

Es un equipo cuajado. Y lo demuestra en cada partido. Tiene aplomo y conoce las claves para martillear al rival; en el momento justo.

La victoria ante el Espanyol llegó desde una jerarquía incuestionable en las áreas. Desde esta perspectiva puede argumentarse el sólido triunfo conquistado tras los goles de Rubén y Barkero con un disparo, con denominación de origen, que se coló por la escuadra derecha de Cristian Álvarez. No hay antídoto a los famosos barkerazos. 

A veces se dibujan partidos en los que nada es lo que parece. Durante toda la tarde una sensación de cierta fatalidad parecía posarse sobre la portería de Munúa. 

En muchas fases de la confrontación el Espanyol impuso su dominio a partir de la tenencia del balón. Como consecuencia las llegadas sobre el arco defendido por el arquero granota se sucedían.

Verdú conectaba con Sergio García y Thievy con relativa frecuencia. El esférico recorría el perímetro defensivo local. Y sin embargo, los goles iban cayendo en la portería de Cristian Álvarez. En realidad no fue un misterio indescifrable. Ni tampoco un expediente X. La resolución del partido estuvo en las áreas de ambas escuadras.

Y en esa faceta del juego la clarividencia del Levante fue absoluta tanto en la zona más cercana y próxima a Munúa como en las antípodas del terreno de juego partiendo de las apariciones de Juanlu, Koné y Rubén. 

El atacante marfileño se bastaba por sí mismo para crear dudas razonables entre los defensores. La acción se repitió en infinidad de ocasiones; balón en profundidad del cancerbero sobre la aparición del africano para generar incertidumbre entre la retaguardia espanyolista.

El Levante no necesitaba armar su fútbol desde atrás para plantarse en las inmediaciones de Cristian Álvarez con peligrosidad. En cierto modo, el origen de las dianas azulgranas denuncia la endeblez visitante. 

Rui Fonte arrolló a Juanlu en un penalti quizás de parvulario. En la segunda fase, fue Amat quien agarró a Rubén cuando el atacante asturiano había ganado la posición. La jugada tuvo unas consecuencias todavía más nefastas. 

Rubén no erró desde los once metros reeditando las sensaciones que había sentido con anterioridad y el defensor marchó al vestuario dejando a la sociedad catalana en inferioridad.

Los goles fueron una especie de metáfora del desarrollo del encuentro. La pegada del Levante fue descomunal. Atrás Nano y Ballesteros se convertían en una roca para los atacantes foráneos. 

Ballesteros incluso se permitió el lujo de sentar a Thievy en un palmo de terreno y salir con el cuero pegado al pie. Ballesteros se asemeja a un coloso. La escuadra de Jim muestra una capacidad superlativa para leer los partidos y acomodarlos en su beneficio tratando de explotar sus cualidades.

El hecho resalta las condiciones del colectivo. No hay nada mejor que conocer tus virtudes para esconder defectos. El gol de Rubén parecía sentenciar la cita, pero el Espanyol se reenganchó tras un gol de Moreno después de un disparo en semifallo de Pandiani. 

No hubo tiempo para las lamentaciones. Ni para la incertidumbre que puede provocar un marcador ajustado en los minutos más comprometidos. En ese momento surgió entre la inmensidad del césped Barkero para armar una zurda sedosa y prodigiosa y sentenciar, ya de manera definitiva, una batalla más. 

Gracias chavales, vuestras gestas nos hacen felices y desde EOS enhorabuena a todos los granotas, especialmente a los semanasanteros y los amantes de las fiestas valencianas.