
El tapiz, de once metros de altura y 8,50 de anchura, incluirá flor seca como la sanguinaria y manzanilla teñidas de color así como diez mil claveles, la mayoría lilas, y también azules, blancas y ocres.Como cada año, el primer paso para realizar el tapiz, es la elaboración de un boceto por parte del artista que, posteriormente, con ayuda de su equipo, formado por 15 personas, “plasmamos en una plantilla gigante repartida en láminas de madera sobre las que se clava cuerda y se rellena cada espacio con musgo, manzanilla, sanguinaria y, finalmente, la flor”, según el artista valenciano.Miguel Galbis Ibáñez ha trabajado desde niño con su padre, Miguel Galbis Silvestre, en el diseño y confección de tapices florales y son los únicos artistas valencianos especializados en este tipo de trabajo, que realizan desde hace más de 30 años.
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