martes, 2 de marzo de 2010

ROSTROS Y MOMENTOS DE LA IV PROCESIÓN DE LA JUVENTUD DEL GRAO PRESIDIDA POR EL ARZOBISPO DE VALENCIA

FOTOS PACO CELDRÁN
Por Jose Angel Crespo.-Este es el Manifiesto que se leyó en la Procesión de la Juventud, que se celebró el 20-2-2010 por las calles de El Grao, que presidió el arzobispo de Valencia, Monseñor Carlos Osoro y en la que también participaron el párroco de Santa María del Mar que se estrenaba en una procesión como nuevo Consiliario de la Junta de Hermandades de la Semana Santa de la Diócesis de Valencia Antonio Díaz Tortajada, el prior de la Semana Santa Marinera de Valencia Juan Pedro Escudero, el sacerdote cubano adscrito a la parroquia de Santa María del Mar, Olbier Antonio Hernández Carbonell y el consiliario de Iuvenes, Óscar Benavent y que tanto gustó al prelado hasta el punto de felicitar públicamente a los que lo habían hecho porque son unos puntos para cambiar el mundo y para que todos vivamos el Evangelio de Jesucristo como algo fundamental en nuestras vidas.
MANIFIESTO DE LA CUARTA PROCESIÓN DE LA JUVENTUD

1. Queremos soñar juntos un futuro de paz, unidos en la misma fe. Muchos de nuestros sueños se han hecho realidad; otros están aún por realizarse.

2. Queremos una sociedad acogedora, solidaria, que sea respetuosa, comprensiva y capaz de integración, que trabaje por la paz y la libertad y sea consciente de su propio pasado. Una sociedad que nos ofrezca la posibilidad de trabajar y dignificar nuestra vida mediante el trabajo

3. Creemos en la centralidad de la dignidad de la persona, pedimos el respeto del derecho a la vida, pensamos que el desarrollo de toda persona debe realizarse en el seno de una verdadera familia. Sostenemos que tales valores han de ser protegidos de la amenaza del individualismo, del consumismo, del relativismo ético, de la superficialidad...

4. Vivimos en un mundo cada vez más pequeño en el que nos trasladamos velozmente, intercambiando cultura y formación con lenguajes nuevos y originales. Queremos que esto no sea ocasión de desorientación o de conflicto, sino que obedezca la posibilidad de encontrarnos a nosotros mismo al encontrar a los otros.

5. Nos comprometemos a acoger a toda persona, a valorar las ocasiones, ya existentes, de contacto entre los pueblos y a crear nuevas redes de relaciones que ayuden a superar las barreras culturales, desarrollando la comprensión recíproca a través del lenguaje del arte, de la música, del deporte, de la religión...
6. Nos comprometemos a promover una cultura de valores humanos y cristianos, a hacer crecer la conciencia en los ambientes educativos y a hacernos educadores para las futuras generaciones. En la experiencia de muchos jóvenes la familia juega un papel fundamental como núcleo de estabilidad y escuela de valores para el propio crecimiento personal. Otros, por el contrario, viven -frecuentemente con sufrimiento- la inestabilidad de los lazos afectivos.

7. En cuanto ciudadanos, nos comprometemos a tutelar la familia fundada sobre el matrimonio; en cuanto hijos, nos comprometemos a vivirla como lugar de respetuosa convivencia entre las generaciones; en cuanto jóvenes, nos comprometemos a educarnos en la entrega recíproca y a construir lazos basados en la responsabilidad hacia el otro y en la comunidad en la que se vive.

8. Nos comprometemos a superar un planteamiento individualista en lo referente a los derechos del hombre, a reconocer, desarrollar y valorar la presencia de las personas en las realidades intermedias de participación social (familias, asociaciones, comunidades religiosas, organizaciones...) que son lugares en los que la democracia se experimenta y madura.

9. Queremos que la persona y su dignidad constituyan el centro de los procesos de desarrollo social, económico, cultural y ambiental, en una sociedad que promueva la paz y la justicia en el escenario mundial.
10. Nos comprometemos a asumir estilos de vida sostenibles y a educarnos en la gestión no violenta de los conflictos. Nos comprometemos a valorar aquellas experiencias de voluntariado y de cooperación internacional que puedan contribuir a la formación de los nuevos ciudadanos europeos.
Y frente a la grandeza de estas perspectivas, sentimos la necesidad de pedir la compañía de nuestros contemporáneos y de las personas de buena voluntad a quienes hacemos una propuesta

1. ¡Alegraos de ser cristianos! Seamos testigos de Cristo con hechos y palabras, viviendo con alegría en la Iglesia y ayudándola a caminar al ritmo de los tiempos.

2. Preparaos seriamente con la oración, el estudio, el compromiso personal, a ser una presencia significativa en el barrio, en la parroquia, en las asociaciones, en el mundo del trabajo... sin miedos ni complejos, sed "jóvenes en la Iglesia, cristianos en el mundo".

3. Juntos, sin prejuicios, podemos realizar una “revolución pacífica” para construir una sociedad más democrática, más justa y que sea expresión de la sociedad civil.
4. Os proponemos poner la persona en el centro de todo proyecto, apostando y creyendo en su pleno desarrollo.
5. Os ofrecemos a Cristo como referencia y modelo de vida, capaz de dar sentido a la existencia y de saciar la sed de felicidad.

7. A los adultos os pedimos. ¡No tengáis miedo de ser adultos! Necesitamos personas que nos acompañen y sean modelos de vida.
8. Queremos establecer un diálogo para compartir experiencias y deseos, para colaborar juntos, conscientes del hecho de que seremos nosotros quienes llevaremos adelante la construcción de sociedad nueva.
9. Os pedimos que os fiéis de los jóvenes y nos apoyéis, dejándoos provocar por nuestra juventud.
Para reflexionar ¡verdad!.Ahora continuad disfrutando de la gráfica de Paco Celdrán que tantos días habeis esperado.





































































































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